Un Seminario de intensa actividad académica

LT
-

La exigencia del arzobispo para los estudiantes es que alcancen «un alto nivel intelectual»

El Arzobispo de Toledo, Francisco Cerro. - Foto: Yolanda Lancha

El Seminario Mayor de Toledo celebró ayer la apertura de curso dando cuenta de la memoria de actividades que organizó durante el año que se cierra y con la lectura a cargo del profesor José María Alsina de la lección magistral titulada ‘La teología desde el corazón de Cristo en Santa Teresita del Niño Jesús’. El acto estuvo presidido por el arzobispo Francisco Cerro al que acompañaron Javier María Prades, rector de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, monseñor César García Magán, delegado del arzobispo para los institutos superiores de la Archidiócesis, Francisco Fernández Jiménez, director del Instituto Superior de estudios teológicos San Ildefonso, Emilio Tacero, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Santa María. Además, entre los invitados estuvieron presentes don Braulio Rodríguez y el concejal de Cultura de Toledo.

Según deja constancia la memoria que se leyó como preludio del acto, el curso 2020-2021 ha estado cargado de una «intensa actividad académica» donde los estudiantes han podido cumplir la exigencia del arzobispo de alcanzar «un alto nivel intelectual» gracias a que se han visto rodeados de un ambiente que se lo ha facilitado.

Los 116 alumnos del Seminario de Toledo y los 47 profesores han tenido a su disposición y protagonozado tesis, publicaciones, jornadas, mesas redondas, conferencias, donde se han abordado las más diversas materias para el análisis (se pueden ver en el canal de youtube del Instituto Teológico).

A pesar de la pandemia, debido a la que solo se produjo «algún contagio aislado», el ritmo de clases y de las jornadas de reflexión se desarrolló con total normalidad, a veces en la modalidad on-line.

El curso se inició el 28 de septiembre con una conferencia del rector del Seminario Menor, Juan Félix Gallego, y ese día el arzobispo pidió a los estudiantes que se aplicarán en cuatro puntos: el Espíritu Santo que conduce a buscar a Dios, el que les conduce a ser buena noticia para los que sufren, el que les invita a sobrellevar la cruz de la vida y a estudiar con seriedad y, por último, convertir el Seminario en un nuevo cenáculo, un nuevo Pentecostés.

La mayoría de esos 116 alumnos son españoles (78) y del resto de países destacan Colombia (10) y Méjico (7). De su aplicación académica da cuenta el número de matrículas de honor que están repartidas por todos los niveles y asignaturas destacando el caso de un estudiante que obtuvo 8 notas máximas.