Menos de un mes después de que Susana Hernández, exportavoz de Ciudadanos, saliera del partido y se convirtiera en concejala no adscrita, sus relaciones con sus antiguos compañeros de grupo se tensan por momentos. Lo dejó ayer claro el actual portavoz naranja, Sergio Delgado, que tuvo que ser reprendido por la alcaldesa cuando iniciaba un ataque frontal a su predecesora. 

Previamente ya había puesto de manifiesto que las diferencias venían de atrás, cuando en pleno debate le recriminaba a Hernández que se atribuyera como propia a una proposición de Ciudadanos presentada durante su etapa al frente del partido en el Ayuntamiento.

En realidad, el fuego cruzado entre Hernández y Delgado se venía dejando notar en el escaso aprecio que guardan mutuamente a las propuestas de cada uno. Ni uno ni otra pierden muchas oportunidades de devaluar las mociones ajenas, en ocasiones ante la perplejidad del resto de los integrantes del Pleno. 

«No entiendo esta propuesta sobre algo que ya se está haciendo», descargaba ayer Sergio Delgado a la difusa propuesta de la concejala no adscrita para estudiar la elaboración de una nueva ordenanza de Convivencia que, según defendió, no sustituiría sino que se sumaría a la ya existente. La moción se saldó con el rechazo del PSOE y Ciudadanos. 

Hernández se la devolvió cuando llegó el turno de debatir la proposición de sus excompañeros para poner en marcha un proyecto denominado «Demos color a la ciudad», consistente en permitir la creación de pinturas y murales en espacios más o menos degradados. La concejala no adscrita fue la única del Pleno en no apoyar una propuesta que no le parecía adecuada, ni prioritaria, y que debería ser posterior a la limpieza y mantenimiento. 

Fue en el debate de este punto cuando Delgado se propuso desquitarse de la salida de Hernández de Ciudadanos sin renunciar al acta de concejala, en contra de lo recogido en el código ético de la formación a la que ha dejado de pertenecer. «Usted firmó una carta ética, usted no tiene responsabilidad ni tiene ética», empezó a decirle, aunque tuvo que parar porque la alcaldesa cortó en seco el intento de disputa. Delgado pidió disculpas a renglón seguido y Hernández no se ahorró un comentario de réplica en el inicio del siguiente punto de debate: «Ya me han aludido dos veces, pido que se abstengan de cualquier tipo de comentario personal, yo por lo menos sí lo hago», dijo sin citar ningún nombre. «Hasta en eso hay que tener elegancia», remató.