El sindicato CSIF ha mostrado en una nota de prensa su temor por el deterioro en la calidad de la comida que se ofrecerá a los pacientes en el Hospital Universitario de Toledo dentro de un servicio que «además, implica riesgos para la salud de los trabajadores».
En el nuevo hospital se ha procedido a la instalación de línea fría en el proceso de cocinado, un sistema que se basa en la preparación tradicional de los alimentos (60-70º C), seguido de un abatimiento rápido de la temperatura hasta los 3 ºC en el corazón del alimento para, a continuación, mantenerlos entre 0 ºC y 3º C hasta volver a recalentarlos para su consumo.
La responsable del Sector de Sanidad de CSIF Toledo, Marisa García, señala que «se va a pasar de ofrecer un buen servicio a uno que dista mucho de ser el ideal, sobre todo para pacientes con una comida procesada y de tipo catering»; un servicio que se activará cuando se habilite la hospitalización en este centro.
A esta baja calidad se suma el problema que conlleva este proceso para los trabajadores, «que se enfrentarán a continuos contrastes de temperatura con consecuencias en forma de trastornos respiratorios. desde irritaciones hasta bronco-espasmos, efectos cardiovasculares y lesiones por exposición al frío y al calor».
También hay que añadir el enorme peso de los carros de retermalización, que conllevará accidentes de trabajo por sobreesfuerzos.