El cambio climático y sus efectos en cuanto a temperatura y pluviosidad han propiciado que los pólenes causantes de alergias sean «más agresivos» y son más los alérgicos que presentan además síntomas más prolongados en el tiempo. Ello puede llevar a confundir la alergia con otro tipo de patologías, como las infecciones bacterianas o víricas, ta y como apuntó a este diario Álvaro Moreno Ancillo, alergólogo del Hospital General Nuestra Señora del Prado y presidente de la Asociación para la Investigación en Alergia y Asma de Talavera.

Moreno Ancillo quiso remarcar las diferencias existentes en concreto con el coronavirus, explicando que el alérgico suele tener síntomas de nariz y ojos. «Suele tener sintomatología nasal más espástica, no suele tener fiebre y, en el caso de que aparezca el asma, es muy frecuente que vaya con síntomas respiratorios de vías altas, que no tanto así esa tos seca de las infecciones víricas».

En los casos de coronavirus, «los cuadros nasales no suelen ser tan espásticos, sí que puede haber sintomatología nasal, pero se acompaña también de dolor de garganta, no suele haber tanta conjuntivitis y la tos es más seca, aunque luego también puede haber acompañadas sibilantes como en el asma».

En este momento de la pandemia Covid-19, lo que ocurre es que en los pacientes con asma, aunque sea alérgico, que sean moderados y graves, sí se considera que tienen «un riesgo mayor de tener una enfermedad por coronavirus más grave». «No es que sea más fácil de tener el coronavirus, no es que tengan predisposición para tenerlo, lo que sí que puede ser que, en el caso de contagiarse, puedan desarrollar síntomas un poquito más graves, sobre todo si el asma no está controlado», recalcó.

Por ello, apuntó que es recomendable que los alérgicos este año estén haciendo bien su tratamiento, de una forma más constante para que, en el caso de tener una infección vírica, esta sea «más controlable».  Con más frecuencia hay fiebre y quebrantamiento del estado general, que es diferente al que tiene el proceso alérgico, explicó Moreno.

De otro lado, el confinamiento domiciliario por la pandemia del coronavirus puede estar sirviendo este año como «efecto de protección por falta de exposición» al alérgeno.