Las residencias de Castilla-La Mancha fueron tristemente noticia en marzo y abril por la cantidad de fallecimientos que se produjeron por el coronavirus entre sus usuarios. La consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, destaca que ahora la historia es distinta. Señala que a muchos residentes ahora les afecta de manera asintomática. Cree que es un «buen resultado» de las medidas de protección y de «lo que hemos aprendido» tras la primera oleada.

Sánchez destacó que la mayoría de las personas en las residencias  «supera este virus» y que «está saliendo adelante». No obstante, en esta segunda oleada y a pesar de las medidas de prevención, el virus ha vuelto a entrar en algunos de estos centros de la región. Por eso la consejera destacó que la Junta se ha comprometido a hacer una prueba diagnóstica a 16.000 profesionale que trabajan en las residencias, tanto a los que vuelven de las vacaciones como a las nuevas incorporaciones de personal. «Va a dar tranquilidad a todos los centros públicos o proviados», expuso.

La consejera hizo estas declaraciones después de una reunión que mantuvo el presidente de la Junta, Emiliano García-Page con el presidente de Artecam, Francisco Núñez Alía, que es una de las patronales del sector de las residencias. Núñez Alía pudo plantear al presidente algnas de sus preocupaciones. Una de ellas es que hay pocos profesionales para su área de trabajo. «Nos hacen falta auxiliares, médicos, enfermeras», enumeró. Y advirtió de que no es un problema exclusivo de Castilla-La Mancha, sino que es algo recurrente en todo el país.

También se quejó del precio por plaza de la Ley de Dependencia. Núñez Alía aseguró que «el precio por plaza pública no vale para dar la atención a nuestros mayores con la calidad que se merecen».