Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Los ecologistas y su inexcusable silencio

28/09/2021

No es la primera vez que escribo sobre mi desacuerdo, o de mi casi nula cercanía con los ecologistas, esa gente cuyos fines resultan pocas veces cercanas a las verdaderas necesidades y demandas sociales y más distantes aún de la realidad, digo a la naturaleza como parte de la vida y del día a día en el plano en el que se han colocado ellos mismos. Desde luego no negaré algunos aciertos y cierta influencia en mejoras que todos podemos ver, pero rechazo de plano decisiones que han tomado y han convertido en dogmas que además y casualmente están en, oh casualidad, perfecta armonía con lo que se entiende como corrección política, disimulando siempre la posible o cierta búsqueda de alguna oportuna subvención; igual que fatales olvidos en ciertos asuntos sangrantes como el del Trasvase; quizá arguyan  que en realidad no se olvidan de la monstruosidad pero de ser así, la influencia y la presión que ejercen para que desaparezca la aberración  es más bien moderada, muy moderada; ignoro si tal vez se les antoja que la lucha contra un tinglado de la envergadura del Tajo-Segura sobrepasa sus fuerzas y que ir contra el Ministerio de Transición Ecológica, la Región de Murcia, los agricultores de allí, el lobby de los regantes, los mares de plástico, la multitud de políticos, los medios de comunicación capitaneados por el nefasto César Lumbreras y hasta con la ‘Huerta de Europa’ es mucho luchar, y si a todo esto añadimos la perentoria necesidad de agua que allí tienen para urbanizar toda la costa y dotar a los complejos  y ‘resorts’ de campos de golf, piscinas, césped y lo necesario para convertir un medio desierto  en una especie de Irlanda en el Levante español, la tarea se les hace insuperable por muy ecologistas que sean los ecologistas. En realidad prefieren dedicarse a asuntos más modestos pero menos comprometidos como impedir que el ganado paste comiendo matojos y limpiando el monte, aumentando así el peligro de incendios como se ve cada verano, alentando el crecimiento sin control del lobo para gran gozo de los ganaderos norteños que disfrutan  una barbaridad cuando los cánidos acaban con sus rebaños, imponer porque sí la limpieza de las riberas de los ríos algo que ya hacían los romanos, etc.
Ignoro qué piensan los que se llaman a sí mismos ecologistas sobre la sobreexplotación de la tierra murciana y la conversión de una parte casi salvaje  y tan rica en flora y fauna como es el Cabo de Gata, lo que sé es que transformar  toda aquella zona en varios Benidorm o Benidormes o como se diga, que es lo que pretenden con el agua del Trasvase es cualquier cosa menos ecológico;  hablen, griten, protesten, todo menos callar así.
Fin del Trasvase ya.