Puede ser, si se mantienen las previsiones, que en Semana Santa llueva y haga frío. Es lo normal, o al menos, era lo normal. Porque sólo unas semanas antes, hemos estado viviendo en Toledo temperaturas superiores a los veinte grados. ¡Veinte grados en invierno y en Toledo! Una ciudad que ya no vive aquellas míticas heladas, que dejaban los pies fríos incluso de día. De una u otra forma, casi todos están notando un aumento de temperaturas en Toledo, un aumento que el Observatorio de Sostenibilidad cifra en su informe Descarbonización en España en 1,17 grados en los últimos treinta años, entre 1988 y 2018, utilizando para ello los datos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet).

Toledo no es un hecho aislado. Según el informe, la percepción de la población española de que estamos en un entorno cada vez más cálido y afectado por el cambio climático es real. La temperatura media de las capitales de provincia en los últimos 30 años ha sido de un grado. En concreto, la media de estas ciudades ha pasado de 15,10 a 16,06 grados. Las más afectadas son Barcelona (1,89), Ávila (1,84), Murcia, Cuenca, Teruel, Granada, Castellón, Málaga y Albacete. Las ciudades con menos subidas han sido Cáceres, Valladolid, León, Salamanca y Melilla. Además, considerando los datos de las series temporales totales de Aemet se observa que Madrid ha subido su temperatura 2,5 grados en 125 años, Málaga 1,4 grados en 75 años y Valencia 1,49 grados en 52 años.

En España septiembre ha tenido un carácter muy cálido, con una temperatura media sobre España de 20,1 grados, valor que queda 1,4 grados por encima de la media de este mes (entre 1981 y 2010) octubre y noviembre fueron normales pero diciembre volvió a ser muy cálido con una temperatura media de 9,2 grados, 1,2 superior. Este comportamiento ha sido similar al de este verano con una temperatura superior en 0,6 al periodo de referencia.