«Hoy estaré en Madrid, iré a la calle y habrá que cantar»

M. G.
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"Lo más grave son los feminicidios y me duele que no se pongan más serios con este terrorismo hacia las mujeres", afirma la cantante y compositora

Rozalén, cantante y compositora. - Foto: Yolanda Lancha

Apareció como Campanilla, rápida y sin hacer ruido, aunque si pasa a tu lado sí te das cuenta, no como dice su canción ‘Las hadas existen’. Te das cuenta por lo bien que canta y lo auténtica que se muestra conozca o no a quien se le acerca. Rozalén participó el lunes en un coloquio en Toledo para hablar de la igualdad y de las mujeres y ella no calla porque tiene mucho que decir, porque sabe que se puede hacer mucho y que los logros se consiguen en la calle. 

Llegó en volandas, pero sin divismos porque eso no es lo suyo. A ella no le importa tener que probar el sonido en la sala en la que se celebró el debate en un par de minutos, a toda prisa y cuando el público ya se está sentando porque lo suyo es cantar, así que un par de estrofas de prueba terminan siendo otro buen regalo de una cantante abrumada todavía por el éxito de algunas de sus composiciones, como ‘La puerta violeta’, un himno que se le ha ido de las manos por su tremendo éxito.

Rozalén no para quieta. Hablar de igualdad es complicado y no quiere meter la pata o que se malinterprete lo que diga porque ya le ha pasado algunas veces. Aun así, la cantante albaceteña habla con espontaneidad, sin filtros, esos los deja para los artistas maniáticos que controlan hasta el último detalle. Y suelta: «No sé si me ha llegado el tema al cerebro todavía», sin más. Tanta expectación por lo que pueda decir aflora esa timidez que dice caracterizarla a pesar de que proyecta mucho desparpajo.

¿Es necesario todavía abrir ‘muchas puertas violetas’, como dice la canción, para sentirnos más libres y con mayor igualdad?

Este año es muy importante que se hable de todo el trabajo que se lleva haciendo tantos años, sobre todo, con el empujón y todas las cosas bonitas que sucedieron el año pasado. Este año tenemos que salir a las calles y hablar de todo esto y dejar claro de verdad de dónde viene el feminismo y lo que se quiere, sobre todo, porque ahora ha surgido esto tan feo y nos quieren tirar por tierra todo lo que han luchado por nosotras y no se puede permitir.

Esta semana se habla mucho de mujeres, pero también es importante recordar que en la lucha por la igualdad también es una cosa de hombres. 

Por supuesto, claro que sí.

Hay que dejarlo claro porque hay quienes difunden mensajes equivocados diciendo que se deja fuera a los hombres.

Hay voces que se piensan que no nos gustan los hombres y eso no es cierto. Amo a los hombres y tengo la suerte de estar rodeadísima de hombres feministas que están en las mismas que yo. Mi compañero, por ejemplo, tiene una actitud brutal y es el primero que me corrige. Me dice que la cama la hacemos los dos y  no hay por qué dar las gracias por ello. Está claro que nos tenemos que ir reeducando.

También mi padre es un gran feminista aunque mi madre haya sido ama de casa toda la vida. Mi abuela, cuando éramos más pequeños mi hermano y yo, era de las típicas que decía que las chavalitas tenían que quitar la mesa, pero ahora no se le ocurre. Poco a poco se han ido consiguiendo cosas y está claro que lo que se está pidiendo es muy lógico.

La corresponsabilidad en el hogar es muy importante, pero todavía queda mucho camino para que sea igualitaria. Las estadísticas dicen que prácticamente un 70% de las mujeres se cargan con el peso de las tareas domésticas. ¿Qué te parece?

Me parece normal porque todavía está dentro de una cultura demasiado arraigada. Las mujeres de mi generación han crecido todavía con aquello de que las niñas van de rosa, que las cocinitas son para ellas porque para los chicos son los coches... Cambiar la mentalidad es muy difícil, pero se están dando pasos y no es frecuente encontrarte a niños que no les den una cocinita para jugar porque se piense que son mariquitas... O quizá sí se haga y yo vivo un poco en una burbuja... En cualquier caso, hay que seguir  trabajando en este tema.

Lo más grave, sin duda, son los asesinatos, ese feminicidio que hay... Es terrorismo hacia las mujeres y no entiendo que no se pongan más serios con ello. Me duele y no lo comprendo.

¿Qué pasa cuando irrumpe un partido como Vox y quiere eliminar la Ley contra la Violencia de Género y dice que los maltratadores son sólo extranjeros? ¿Cómo se te queda el cuerpo?

Me echo las manos a la cabeza todo el rato. Lo que pasa es que no quiero hablar de ellos porque no quiero darles ningún protagonismo. Me parece que no tienen nada que ver conmigo, viven en otro planeta y no sé ni como se atreven a decir esas cosas.

El otro día, cuando vi el autobús de Hazte oír’ que ponía ‘Stop feminazis’ y aparecía la cara de Hitler, pensé que era algo muy macabro y encima tienen el valor de decirlo. También me asusta que se esté poniendo de moda ir diciendo que uno es machista o racista. En el fondo es ir diciendo soy mejor que tú y es algo que me choca mucho. 

Me llama mucho la atención también que no quieran Ley de Memoria Histórica, que digan que no tengamos en cuenta a nuestros muertos cuando son tan importantes nuestros ancestros. Para mí son importantes mis abuelos que no conocí porque yo también soy ellos, pero no nos han contado la Historia de manera objetiva. Sería maravilloso que viniera alguien de fuera a contárnosla porque me asusta ver a niños cantando ‘El cara al sol’, por ejemplo. 

Y el tema del aborto otra vez vuelve a ponerse en el debate público cuando está legislado.

Es que va todo unido. Piensan de la misma manera para todo y vamos para atrás. Además, están siendo muy inteligentes a la hora de trasladar el mensaje y muy listos en las redes sociales. Tienen gente en todos los lados y parecen millones, pero en realidad son muy pocos. En cambio, los que pensamos con ideas progresistas y miramos por los valores sociales no nos unimos y parece incluso que estamos acobardados por lo que está pasando ahora, así que con más motivo tenemos que decir no porque somos mayoría. Me niego a pensar que ellos son más.

Antes hablabas de la violencia de género y tú eres un potente altavoz por tu amplia proyección musical e incluso por haber admitido haberlos sufrido por parte de un exnovio en un libro que has editado.

La verdad es que no admití nada y fue la prensa la que lo ha sacado así, pero no me merece la pena salir a hablar de esto porque se le da más importancia. He sacado un libro y cuento una historia de maltrato psicológico, pero no creo que haya mujer que no haya vivido humillaciones en sus carnes. 

No te sientes diferente e imagino que no lo has publicado para llamar la atención. 

Como el morbo manda han sacado cosas que yo no he dicho, pero no me importa decir que he sido humillada. Alguna mujer me ha comentado en alguna ocasión que ella nunca ha sufrido nada de este tipo, pero no me lo creo en absoluto. Hay que ir cambiando las cositas con mucha calma y creo que muchos hombres y mujeres que caen en micromachismos no son del todo conscientes, así que está bien ponernos alerta para conseguir esos cambios. 

Por ejemplo, si alguien me va a decir un piropo, que a mí me gusta que me digan cosas bonitas, que sea bonito y me haga sentir valorada y no sea te voy a...

Las mujeres también caemos en repuntes machistas de vez en cuando. ¿Cuándo has sentido que estabas metiendo la pata?

Sí, también me pasa. Alguna vez he pensado ‘qué fresca va esta chica’, por ejemplo. También me ha ocurrido con las infidelidades, que siempre tendemos a echarle la culpa a ella cuando él que tiene pareja es él algunas veces. ¿Y por qué me tengo que cabrear con ella si el que no se ha portado bien es él? Por eso es tan importante la sororidad, la unión entre nosotras y ponernos todo el rato en la piel de la compañera. 

Como artista, ¿cuándo has dicho hasta aquí y por ahí no voy a pasar?

Soy bastante clara y cuando me enfado y me cabreo lo digo claro. Suelo hacer publicaciones en redes sociales cuando no se portan bien conmigo o tengo que dejar claras ciertas cosas. Las veces que se han puesto morbosos conmigo en la prensa lo dejó pasar porque si no se le da más bola. Así no se le puede dar  más importancia a algo que no es cierto o está contado de otra manera. Ahora es todo tan pasajero que me tengo que preocupar de ser lo más coherente posible, con lo difícil que ya es eso, y hacer canciones. 

Lo importante, donde declaro intenciones, sobre todo, es en las canciones. Tampoco sé nunca que va a pasar con las canciones, pero compongo y canto lo que me sale de dentro. Ahora estoy componiendo y estoy escribiendo de ciertas cosas que sé que me van a dar, pero no me puedo callar.

¿Sobre qué?

Sobre los refugiados. No me puedo creer que se estén matando personas en el Mediterráneo y no se piense que se está convirtiendo en una fosa común. Tampoco entiendo que haya barcos sin salir que quieren rescatar y se los esté tratando de terroristas o de trata de personas. No me lo puedo creer y cuanto más viajo y conozco los problemas más me extraña que no se hable de esto aquí. Es algo que me parece muy macabro. 

Acabas de venir de Guatemala de la mano de la ONG Entreculturas. ¿Ahora miras con otros ojos después de tu experiencia allí con esa fuerte desigualdad?

Estar en Guatemala me ha ayudado a tener una visión más global acerca de la existencia en el mundo entero. La desigualdad pasa en toda Centroamérica. Cuando me enteré de la historia política de allí, cómo se han arrasado tantos pueblos en los 80 y 90 y como repunta la ultraderecha a nivel mundial termino preguntándome:¿Va a volver a pasar?¿De verdad habrá otro Holocausto? Me parece que está todo demasiado cerca y Guatemala me ha revuelto muchísimo. Todavía estoy ahí porque llegué hace una semana. Ahora estoy escribiendo mucho.

¿Y te ha impactado la sumisión de la mujer allí?

Las cosas que me han contado allí no me las puedo ni creer. Hace dos años ocurrió algo brutal durante el 8-M y aunque se le dio bombo internacional no me acuerdo haberlo leído en España. Más de 40 niñas, que estaban supuestamente protegidas por el Estado, en Guatemala sufrieron abusos sexuales en las casas de protección y las encerraron en un cuarto. Ellas para reivindicar que las sacaran de allí quemaron un colchón y no abrieron la puerta. Murieron más de 40 chavalas de 16 años. Allí se sigue matando a las líderes indígenas. 

También vengo con el alma rota porque lo que ocurre allí te hace pensar que las cosas aquí van bien.  Las comadronas, por ejemplo, cobran el doble en la zona indígena si nace un varón. Es brutal lo poco que vale la vida de una mujer en algunos países. Y pienso mucho lo que ha ocurrido en Argentina, donde han obligado a una niña de once años a parir porque no lo entiendo. No sé si es que hay poca empatía o qué ocurre, pero no es lógico. 

Hablamos de igualdad y de mujeres, pero no se habla demasiado de prostitución. ¿Qué te parece que haya casi un 40%de hombres que paguen por tener sexo en España?

Sí. parece que todo el mundo ha ido alguna vez. Hay ciertos temas, como el aborto, el vientre de alquiler o la prostitución, a los que doy vueltas y muchas veces no sé que pensar. Unos días pienso que las mujeres tienen que ser libres para hacer con su cuerpo lo que quieran, pero otros pienso que es verdad que muy pocas se prostituyen porque quieran, lo hacen por necesidad. Y si estamos hablando de protegernos y de cuidarnos entre nosotras y nosotros no estoy de acuerdo si se está comercializando con nuestro cuerpo porque estamos siendo objetos y no se puede mirar para otro lado. 

Rozalén, ¿vas a parar este viernes 8 de marzo?

Por supuesto. El año pasado tuve un conflicto porque tenía un concierto en Granada y lo habíamos cerrado hacía mucho tiempo y no pude parar, pero lo celebré a mi manera y fue bonito e importante. Este año he bloqueado esta fecha con tiempo y estaré en Madrid, iré a la calle y habrá que cantar, decir lo que pensamos con mucho cariño y amor porque el movimiento es así, sólo con la caricia se consiguen las cosas. 

¿Si tuvieras que mandar un mensaje a las indecisas e indecisos del  8-M qué dirías?

Que es súper importante que este año salgamos a la calle y con más amor que nunca porque ese debe ser el camino. Cuando nos ponemos un poco agresivos la liamos y producimos rechazo, y aunque tenemos muchos motivos para estar cabreadas tenemos que salir y nos tienen que ver que somos muchas y muchos sonriendo. Tiene que ser un movimiento de amor.