Esta semana no habrá Pleno. Estaba previsto para mañana, pero el equipo de Gobierno municipal solicitó en la última reunión de portavoces de los distintos grupos políticos su aplazamiento. El motivo que llevó a los socialistas a plantear esta posibilidad es la ausencia de dos de sus concejales, que les dejaría con 10 votos en la cámara municipal frente a los 13 que suman el resto de grupos de la oposición.

La edil Maite Puig, encargada de Festejos y Cooperación, lleva semanas de baja por enfermedad. Su ausencia no es una novedad, y existe un acuerdo tácito entre todos los partidos de la oposición de restarse un concejal entre todos ellos mientras dure la ausencia de Puig. No quieren sacar provecho de la situación. Lo hacen por pura ética ya que, como confirman tanto Izquierda Unida, Ciudadanos y PP, prefieren ‘jugar’ en igualdad de condiciones sin servirse del mal ajeno.

Con todo, a esa baja ya conocida se ha sumado a última hora la del edil de Promoción Económica, Empleo y Turismo, Francisco Rueda, que al parecer tiene un viaje (no se sabe si en representación de la ciudad) que le impide estar mañana en el Pleno.

Desde el gabinete de prensa del Ayuntamiento aseguran desconocer el motivo del aplazamiento, pero los portavoces de la oposición confirman que se trata de la comentada ausencia de Rueda.

De esta forma, si se celebrara mañana el Pleno el PSOE pasaría de 12 a 10 concejales, mientras que la oposición al completo contaría con 13.

A ese último número, a tenor del acuerdo de caballeros (y damas) ya citado, habría que quitar un edil de PP, Ciudadanos o IU, lo que les dejaría con un máximo de 12. De esa cifra, dos ediles corresponden a Vox y al concejal no adscrito que abandonó el partido de Santiago Abascal. Es difícil pensar que Vox vote a favor del PSOE, pero esa certeza no es tal con Luis Miguel Núñez, sobre el que están puestos ahora todos los focos.

El concejal no adscrito será clave en la próxima sesión de Pleno, puesto que, con Rueda de vuelta, el PSOE sumará 11 votos y la oposición de PP, Cs, IU y Vox estaría en 12, pero se restarían uno por la ausencia de Puig. En un 11 contra 11, el voto a favor o en contra de Núñez marcaría las distancias, mientras que su abstención abriría la puerta al voto de calidad de la alcaldesa para dirimir el empate a favor del PSOE. Sea como sea, el Pleno promete.