Un 33% más de mortalidad en la provincia hasta junio de 2020

J.S.
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En marzo fallecieron 1.070 toledanos cuando un año antes lo hicieron 526. En abril, 1.143 toledanos perdieron la vida frente a los 445 que murieron en 2109. La región fue además la segunda comunidad española donde más se disparó la mortalidad

Los servicios funerarios se hacen cargo de dos féretros en el Virgen de la Salud. - Foto: Yolanda Lancha

La pandemia desatada por el coronavirus provocó que la mortalidad en la provincia de Toledo durante el primer semestre del año pasado creciera un 33,3%. Las cifras recogidas en el estudio sobre el Movimiento Natural de la Población publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que en los seis primeros meses del año pasado murieron en la provincia 4.347 personas frente a las 3.261 que lo hicieron en idéntico período de 2019 o las 3.340 que lo hicieron en 2018.

Aunque el INE suma los fallecimientos por todas las causas es evidente que este incremento de la mortalidad se debe principalmente a la letalidad que ha causado el nuevo patógeno para el que todavía no existe un tratamiento eficaz.

De hecho, los meses en los que se registró un mayor número de fallecimientos coinciden con el pico de la primera ola, es decir, marzo y abril. De hecho, durante los dos primeros meses del pasado año murieron menos toledanos que en 2019. Fueron 1.167 personas frente a las 1.260 registradas en ese período de 2019.

Un 33% más de mortalidad en la provincia hasta junio de 2020Un 33% más de mortalidad en la provincia hasta junio de 2020Sin embargo, el punto de inflexión llegó en  marzo. En el tercer mes del año fallecieron 1.070 toledanos cuando un año antes lo hicieron 526 personas. El incremento fue del 89,04%. Un porcentaje que fue superado en abril. Y eso que durante el mes que cerró el primer cuatrimestre de 2020 Toledo, al igual que el conjunto de España, padeció un confinamiento severo que ya había arrancado a mediados de marzo. En esos treinta días, 1.143 toledanos perdieron la vida frente a los 445 que fallecieron en 2109. Es decir, en un sólo mes casi llegan  a triplicarse los decesos. El incremento en términos porcentuales fue del 156,85%.

Los datos estadísticos también revelan que 15.094 personas fallecieron en Castilla-La Mancha en los seis primeros meses de 2020. Un año antes en ese mismo período lo hicieron 10.323, por lo que la variación fue del 46,2%, casi 13 puntos porcentuales por encima de la registrada en Toledo, que fue la provincia que registró un mayor número de defunciones seguida de Ciudad Real (4.242), Albacete (2.947), Cuenca (1.892) y Guadalajara (1.666).  La región fue además la segunda comunidad autónoma española donde más se disparó la  mortalidad. Sólo fue superada por Madrid en donde los fallecimientos crecieron a un ritmo del 64,3%. Por detrás de Castilla-La Mancha se colocó Cataluña donde el incremento llegó al 31,8%.

Asimismo, la capital regional tampoco fue ajena al crecimiento exponencial de los fallecimientos, incremento que fue también más acusado durante marzo y abril. De los 321 defunciones contabilizadas de enero a junio de 2019 se pasó a las 412 registradas en la primera mitad de 2020. Destacan, sobre todo, los datos de abril, mes el que se pasó de los 38 fallecimientos de 2019 a los 112 certificados en 2020. El incremento fue del 194,7%.

El INE también se centra en su estudio sobre el Movimiento Natural de la Población en el número de nacimientos. En esta variable no se puede ver el efecto de la pandemia puesto que los bebés nacido durante el primer semestre del año fueron engendrados en 2019, pero la estadística recoge un nuevo descenso de los alumbramientos. Y es que de los 2.664 nacimientos registrados en la provincia de Toledo en el primer semestre se 2019 se pasó a los 2.596 del año pasado. La caída en términos absolutos es de 68 y la relativa del 2,55%.

La aceleración de las defunciones y la ralentización de los nacimientos provocó la provincia de Toledo presentara un saldo vegetativo negativo en los primeros seis meses del año pasado. Los 2.596 alumbramientos no permitieron que la tasa de cobertura fuera positiva ya que se certificaron 4.347 óbitos. La diferencia es de 1.751 personas.