Un visionario que ya en el exilio se opuso al trasvase

Leticia G. Colao
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Jesús Fuentes disertó sobre la figura del ingenierio Manuel Díaz Marta, «adelantado a su tiempo» que en época franquista, y expatriado en México,mostró su más firme desacuerdo a la infraestructura a la que tachó de «desastre ecológico y económico"

Un visionario que ya en el exilio se opuso al trasvase - Foto: J. Loaisa

«Fue un adelantado a su época, un visionario» que ya se oponía al trasvase desde el exilio, en México y cuando aún era un proyecto sin ejecutar. Así habló ayer el político y expresidente de Castilla-La Mancha, Jesús Fuentes Lázaro sobre la figura de Manuel Díaz Marta, ingeniero toledano, exiliado durante el franquismo y uno de los primeros y grandes opositores al Tajo-Segura cuando sólo era una idea.

Su figura fue clave en la inauguración ayer del Congreso Plural ‘Ochenta años después’, con un ciclo de conferencias que lleva por título ‘Ecos del exilio republicano en el franquismo y la transición’, organizado por el Centro Asociado de la UNED y la Asociación Manuel Azaña.

Tras la salutación del director del Centro Asociado de la UNED, Enrique Martínez de la Casa, tuvieron lugar la conferencia inaugural a cargo del profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Manuel Aznar Soler; ‘La memoria del exilio’, a cargo del periodista Eusebio Cedena; y ‘Los exilios de Don Quijote’, que pronunció Julio Fernández Sanguino. Después, sobresalió la figura de Manuel Díaz Marta y su férrea oposición al Tajo-Segura no solo en el exilio sino también en la transición.

Jesús Fuentes explicó los planteamientos del ingeniero de Caminos, Obras y Puertos, especializado en Hidráulica, que no dudó en calificar de «disparate» y «desastre ecológico y económico» el paso de agua de una cuenca a otra, abogando siempre por otra serie de recursos o infraestructuras que no dejaran a la cuenca cedente, siempre, en inferioridad de condiciones. Y lo hizo añadiendo a su oposición las penosas condiciones de un exilio al que partió herido, y que le llevó por Venezuela, México y Estados Unidos, donde llegó a ser un profesional destacado en la ONU y en la Organización de Estados Americanos (OEA), en proyectos de desarrollo hidráulicos.

El conferenciante defendió el papel del ingeniero como el de «un personaje avanzado a su tiempo que no ha sido superado todavía en España por los técnicos que tenemos ni por la tecnología que se emplea en el tratamiento del agua». Y para ello, justificó su papel contrario al trasvase proponiendo una serie de infraestructuras que «aprovecharan de otras maneras las aguas superficiales junto con las subterráneas, con ciclos combinados de uso». No era lo único, ya que también habló de «recargar los acuíferos, como si tuviéramos un lago vacío con las aguas excedentes superficiales».

Infraestructuras. Asimismo, y como si de la más reciente actualidad se tratara, abogó por la realización de una serie de infraestructuras que retuvieran el agua durante las grandes tormentas o ‘gota fría’ «que arrasan todo y generan varios desastres» y después infiltrarlas en estos acuíferos. «Si lo comparamos con lo que se está haciendo ahora mismo en España, era un visionario», defiende Fuentes.

Su postura como máximo defensor de las posiciones antitrasvasistas no le generó muchas amistades y sí la soledad del que abraza una opción que no creían ni los profesionales de su gremio, que concebían el trasvase como la «solución para acabar con los problemas de sequía que tenía España».

Asimismo, abogaba por otra serie de estrategias que permitieran aprovechar los recursos hidráulicos disponibles y, ya como última medida, apostar por las desaladoras. No obstante, nunca fue muy seguidor de esta medida ya que además de lo costoso de su puesta en marcha, también tendrían un elevado coste de mantenimiento.  

Fuentes aseguró que Díaz Marta, que falleció en Madrid en 1998, «fue el claro ejemplo de la tragedia del exilio, tuvo la tragedia de ser adelantado a su tiempo y, en consecuencia, incomprendido por la gran mayoría y sobre todo por la gran mayoría de los técnicos que tenían que haber estado de su parte».