10 años sin Elizabeth Taylor, la actriz de la mirada violeta

SPC
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El 23 de marzo, TCM ofrece durante todo el día sus películas más emblemáticas como 'La gata sobre el tejado de zinc' o 'Ivanhoe'

Elizabeth Taylor fue uno de los últimos grandes mitos del cine clásico. Una actriz que lo reunía todo: belleza, glamour, una vida sentimental agitada y polémica y, sobre todo, un talento descomunal. El 23 de marzo se cumplen 10 años de su fallecimiento y TCM quiere recordar a esta leyenda de ojos violeta durante toda la jornada con una selección de sus películas más destacadas, como Reflejos en un ojo dorado; Ivanhoe; De repente, el último verano; La gata sobre el tejado de zinc o Cleopatra.

Elizabeth Taylor recorrió, siempre con éxito, todas las etapas por las que puede pasar una actriz. Nació en Londres el 27 de febrero del año 1932. Sus padres eran americanos, unos marchantes de arte que volvieron a Estados Unidos cuando estalló la II Guerra Mundial. 

Su madre había sido actriz en su juventud, por lo que un amigo de la familia, ante la belleza de la niña, sugirió que la llevaran a una prueba. Tanto impresionó a los ejecutivos de la Universal que a los 10 años ya había rodado su primera película. Inmediatamente se convirtió en una celebridad infantil gracias a títulos como Fuego de juventud o El coraje de Lassie. Años después, a lo largo de varias entrevistas, ella misma reconoció que apenas tuvo niñez porque siempre estaba trabajando.

Ya de adulta protagonizó filmes considerados hoy grandes clásicos del séptimo arte, como El padre de la novia; El árbol de la vida, por la que consiguió su primera nominación a los Oscar, o Un lugar en el sol. El director Richard Brooks, que la dirigió en la cinta La gata sobre el tejado de zinc, decía que uno de sus grandes secretos radicaba en que, a pesar de que parecía fuerte como una torre, el público la veía vulnerable y en seguida se identificaba con ella.

En 1961 ganó su primer Oscar por su papel en Una mujer marcada. Tres años después, durante el rodaje de Cleopatra, conoció al que fue el hombre de su vida, Richard Burton, y los dos vivieron uno de los romances más escandalosos de la historia del cine. Fue una relación que incluso provocó las quejas del Senado norteamericano y del Vaticano. Se casaron por primera vez en 1964 y su amor, sus peleas y las joyas que Richard Burton le regaló, entre ellas la legendaria perla La peregrina, llenaron cientos de páginas de la prensa internacional.

Juntos trabajaron en 10 películas, entre ellas ¿Quién teme a Virginia Woolf?, en la que Liz se metió en la piel de una esposa alcohólica, un papel por el que ganó su segundo Oscar. Un filme que contenía diálogos que parecían entresacados de las mismísimas discusiones de alcoba que mantenía por entonces con Burton.

Cuando se retiró del mundo del espectáculo, Elizabeth Taylor continuó reinventándose y se convirtió en una de las personalidades más activas en la lucha contra el sida. Asimismo, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación y con un tercer Oscar por su labor humanitaria. 

A lo largo de toda su vida, por un motivo u otro, siempre fue noticia. Unas veces eran sus éxitos profesionales, en otras ocasiones sus tragedias personales o sus ocho matrimonios. Pero, al final, siempre estaba ella, con sus ojos de color violeta, saltando, como hacía su personaje de Maggie, la gata, sobre ese tejado de zinc caliente que fue su propia vida.

Amiga íntima de Michael Jackson, la asistencia a su funeral fue su último gran acto público en 2009. Falleció a los 79 años en el hospital Cedars-Sinai de Los Angeles el 23 de marzo de 2011  a causa de una insuficiencia cardiaca.