El Archivo Histórico Provincial ha recordado la importancia de su fondo documental relacionado con la figura del Greco al señalar que probablemente se trate del lugar donde se conserva «mayor número de documentos relacionados directamente con el pintor candiota». En 2016, los archiveros María Eugenia Alguacil y Carlos Mas pusieron al día el catálogo de estos documentos y registraron nada menos que 170, muchos de los cuales -explican desde el Archivo- habían sido ya reseñados o publicados por Francisco de Borja San Román, primer director del centro y pionero en los estudios sobre el artista en España. Esta labor ha quedado recogida en la revista Archivo Secreto, que publica el Archivo Municipal (http://bit.ly/32axHDv). Otros de estos documentos, sin embargo, «han sido descubiertos por otros investigadores o por los propios archiveros».

De ellos, 51 incluyen la firma autógrafa del artista. Desde el Archivo Histórico Provincial explican lo abultado de la cifra «si consideramos que el Greco no tenía un mecenas que le mantuviese», lo que le obligaba a regular sus trabajos mediante contratos o acuerdos que, por lo general, eran sancionados ante notario. «De este modo, la gran mayoría de estos documentos proceden de los protocolos de los notarios de Toledo, aunque también podemos encontrar alguno procedente del archivo de la institución contratante, como el relativo al San Bernardino que pintó para el Colegio del mismo nombre». La institución ya recogió los pormenores de este contrato con anterioridad en su blog (http://bit.ly/2U9niFc).

Domenikos Theotokopoulos -su nombre suele escribirse de diversas formas- llegó a Toledo en 1577 para realizar el retablo de la iglesia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo, instalándose con el tiempo con carácter definitivo en la ciudad. «Precisamente un documento relativo a ese mismo contrato es el primero que conservamos relacionado con él, pero el primero con su firma es del año siguiente, cuando declara haber recibido 140.000 maravedís del ‘maestro de cámara’ del rey, llamado Juan de Salinas». Según el Archivo, es posible que se trate de la indemnización con la que Felipe II compensó al joven artista por la ejecución del cuadro El martirio de San Mauricio y la legión tebana, que hoy se encuentra en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial y que, como es sabido, no llegó a satisfacer del todo al rey, al menos no tanto como para incluirlo en la nómina de sus pintores de corte. «Así que nuestro artista recaló en Toledo un tanto frustrado pero con un nuevo contrato y una sustanciosa indemnización real». La tinta de la firma está un tanto desvaída y, en general, el documento se encuentra en bastante mal estado de conservación, en espera de ser restaurado.

Donde mayor número de firmas del Greco se conservanDieciocho años después estaba ya plenamente asentado en la ciudad, donde todo el mundo le conocía como ‘el Griego’ o ‘el Greco’. «Así aparece con mucha frecuencia en los propios documentos, a veces obviando incluso su apellido. Con decir que se trataba de ‘Dominico, pintor’ o ‘Dominico, griego’ era suficiente para identificarlo sin duda». Incluso, como aparece en esta segunda imagen, «él mismo a veces dudaba a la hora de firmar». Se trata de una carta de poder que el pintor otorga en favor de su criado y discípulo de confianza, Francisco Preboste, para que fuese a Madrid a gestionar los asuntos relacionados con el retablo del colegio de doña María de Aragón, es decir, el colegio asociado al convento de la Encarnación que se levantaba donde hoy está el palacio del Senado. «Como vemos, nuestro hombre escribe la palabra ‘griego’, pero inmediatamente rectifica y escribe primero su apellido y después el patronímico por el que era conocido».