Apartado un sacerdote denunciado por abusos sexuales

La Tribuna
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El sacerdote ha sido imputado por abusar sexualmente de una menor entre 2010 y 2013 en la iglesia de San Ildefonso. Después de denunciar los hechos ante la justicia civil en octubre de 2017, la supuesta víctima escribió una carta al papa Francisco

Arzobispo aparta a un cura tras abusos sexuales en Talavera

El arzobispado de Toledo ha apartado a un sacerdote imputado por abusar sexualmente de una menor entre 2010 y 2013 en la iglesia de San Ildefonso de Talavera. Después de denunciar los hechos ante la justicia civil en octubre de 2017, la supuesta víctima escribió una carta al papa Francisco y otra al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y adjuntó una copia de la querella.

Según ha publicado el diario El País, el obispado abrió un proceso canónico contra dicho clérigo, aunque no ha precisado la fecha concreta y cuándo tomó las medidas cautelares. En junio de 2018, el vicario general de la diócesis tomó declaración a la supuesta víctima. La justicia ha tardado dos años y cuatro meses en llamar a declarar a la joven, ahora de 22 años, y citó al acusado ayer viernes.

La Diócesis ha optado por no hacer declaraciones y no ha especificado qué medidas ha tomado, aunque sí ha detallado al diario que el acusado ya no ejerce el sacerdocio en ninguna parroquia. El cura, antiguo secretario de estudios del seminario menor de Toledo en 2004, era director espiritual de un colegio religioso de Talavera, centro donde estudiaba la denunciante. Los supuestos hechos, desde tocamientos hasta violaciones, tenían lugar periódicamente cada 15 días en la iglesia de San Ildefonso, de la que el acusado fue párroco desde 2009.

La denunciante asegura que el sacerdote, al que conoció en el Camino de Santiago en una excursión con el colegio, la recibía en el despacho parroquial para tratarla espiritualmente, ya que en esos momentos «estaba pasando un mal momento con la separación de sus padres». Durante las sesiones, además de abusar de ella, la supuesta víctima cuenta que la maltrataba físicamente y psíquicamente. «Me llamaba puta. Me decía que no valía nada, que nadie me iba a creer y que me mataba si lo contaba», relató la joven el pasado día 8 de marzo en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Talavera. Las amenazas también estaban acompañadas, dice, de palabras de consuelo. «Me decía que [lo que me hacía] era un regalo de Dios», añadió.

El mismo año que comenzaron los supuestos abusos, la joven comenzó a padecer anorexia nerviosa y a tener ideas suicidas, según indica el informe clínico que acompaña la querella. Hasta la fecha, la joven ha sido ingresada 12 veces por intento de suicidio. El documento médico añade que su trastorno alimentario y las ideas suicidas son producto de un síndrome de estrés postraumático originado por ciertos episodios «terroríficos, impactantes o peligrosos» que ha vivido y que su mente ha bloqueado. Después de confesar que sufrió los abusos, sus psiquiatras le recomendaron que escribiera lo que recordara en unos cuadernos, algo que hizo en inglés.

Ya en la justicia, el abogado del sacerdote preguntó a la supuesta víctima si la querella obedecía a una venganza por celos contra la madre por la relación sentimental que mantenía con el sacerdote. La denunciante de los abusos lo negó.

En junio 2017, antes de imponerse la denuncia y tras conocerse la relación que mantenía con la madre de la denunciante, el obispo de Toledo, Braulio Rodríguez, trasladó al sacerdote a una parroquia de Toledo. También fue designado como profesor adjunto a Cátedra en el Instituto Teológico San Ildefonso.

La joven también relató cómo su madre la llevó a la casa particular del sacerdote imputado para que, junto con otro sacerdote, le hicieran un exorcismo. «Mi madre y él me dijeron que tenía un demonio dentro y que por eso estaba enferma», cuenta.