Vitápolis da los primeros pasos para un complejo residencial

M. G.
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El equipo de la cooperativa está negociando una parcela para levantar un edificio de entre 40 y 60 apartamentos. La experiencia de Vitápolis en estos años en Toledo ayudará a agilizar el proyecto

Los trabajos de construcción para los 35 apartamentos para mayores en el Polígono se encuentran en un avanzado estado de desarrollo.

El proyecto cooperativo de Vitápolis está calando fuera de Toledo desde hace tiempo, como prueba la cantidad de llamadas y de contactos que se producen para conocer de cerca ese complejo residencial de 35 apartamentos para mayores que se está ultimando en el barrio del Polígono. 

Vitápolis puede crecer en los próximos años gracias a su proyecto pionero que ha marcado un nuevo modelo residencial centrado en las necesidades de los mayores, que huye del tradicional asistencialismo de las residencias gestionadas por las administraciones públicas. El proyecto de Toledo ha costado bastantes años, pero ya está a punto de concluir y ahora el equipo multidisciplinar formado por quince profesionales, entre ellos, arquitectos, economistas y abogados, está inmerso en una iniciativa similar que podría cuajar pronto en la Comunidad Valenciana. 

«Estamos con las negociaciones de la parcela», explica el arquitecto Mariano Vallejo, uno de los adalides de Vitápolis. El interés de algunas asociaciones de mayores se ha convertido en un buen punto de partida para exportar el proyecto de la cooperativa y levantar un nuevo edificio residencial en esta otra comunidad autónoma. Aún es pronto para ofrecer plazos, pero el objetivo es la compra de suelo para la construcción de un edificio con mayor número de apartamentos que el de Toledo.

«La idea es que cuente con más viviendas, entre 40 y 60 sería lo ideal», apunta Vallejo. El arquitecto detalla que un proyecto residencial ligado a una serie de servicios asistenciales debe tener como mínimo 30 viviendas para que las cuentas  salgan y los cooperativistas puedan adquirir los apartamentos a un precio asequible. 

De momento, el equipo de Vitápolis está buscando suelo en Valencia para desarrollar el proyecto y lo más probable es que sea de propiedad privada porque, entre otras cosas, se agilizan los trámites y permite comenzar las obra mucho antes, aunque no descarta una colaboración con las administraciones públicas si se presenta la ocasión y, sobre todo, se implican en este nuevo modelo de gestión residencial que ofrece muchas posibilidades y está orientado fundamentalmente a que las personas mayores disfruten del espacio sin renunciar a su independencia.

El bagaje de esta cooperativa es una ayuda, sin duda, a la hora de materializar nuevos proyectos ligados al cohousing, ese modelo nórdico que ha importado España  de comunidades de personas que habitan en un conjunto residencial bajo una fórmula cooperativa.

En este caso, Vallejo subraya que  Vitápolis no lo ha tenido fácil en estos ocho años, ya que el primer proyecto no terminó de cuajar por un problema de financiación y hubo que plantear otra fórmula para sacar adelante el edificio, que finalmente está ultimando su construcción en el barrio del Polígono.

Además, en esa primera iniciativa también se contemplaba la construcción de un centro de día abierto para el barrio, un servicio que terminó desapareciendo también por la falta de implicación de las administraciones públicas. Al arquitecto también le llama la atención «que no potencien este modelo residencial cuando es una forma de dar un servicio de mayor calidad a coste cero».

Por tanto, en Valencia tampoco se plantearía un centro de día salvo que las administraciones decidieran implicarse en el proyecto desde el principio.

La misma filosofía. Todavía quedan meses por delante para ir definiendo el proyecto en la Comunidad Valenciana, pero el equipo de Vitápolis tiene claro que el complejo residencial será similar al de Toledo, donde el edificio juega dos importantes papeles, uno funcional y otro emocional. Vallejo entiende que el residente tiene que sentirse cómodo en la vivienda y disfrutar de grandes espacios para ellos y para los familiares que los visiten.

Vitápolis no descarta exportar su proyecto a más comunidades autónomas porque mantiene contactos con varios colectivos, pero todavía ninguno de ellos ha dado más pasos. Si bien, la cooperativa  toledana se presta a explicar el proyecto dónde interese y ya ha tenido la oportunidad de trasladarse a Madrid, Andalucía y Asturias en los últimos meses para demostrar que es posible que los mayores disfruten de su propia casa y puedan estar atendidos en sus necesidades.