Controlar la segunda ola en Talavera ha costado tres meses, pero en volver a descontrolarla apenas se ha tardado la mitad. La curva de contagios empezó a crecer a finales del mes de agosto y se tardó más de tres meses en modularla, con picos que llegaron a rozar los setecientos contagios semanales. El techo de la pandemia en nuevos casos registrados se alcanzaba a mediados de octubre y es a partir de ese momento cuando empiezan a descender, primer de forma tímida y, más adelante, ya de forma más acusada.

No obstante, hubo que esperar al 28 de noviembre para ver como la Delegación Provincial de Sanidad levantaba las medidas de nivel 3, una vez que se daba por controlado el escenario de transmisión comunitaria que llevaba varios meses vigentes.

A partir de ahí, los nuevos contagios han ido cayendo hasta los 115 registrados en la semana del 7 de diciembre. Eran los mejores datos de nuevos contagios desde mediados del mes de agosto.

Las fiestas de Navidad y el aumento de los contactos sociales que han conllevado han pasado factura como se esperaba. En Talavera los datos de incidencia acumulada han vuelto a niveles que se encontraban muy superados y, según las informaciones que difundió ayer Sanidad, durante las dos últimas semanas se vienen situando en el entorno de los 275 casos. 

Si hizo falta tres meses para dar por controlada la curva epidemiológica de la segunda ola, apenas se han necesitado unas semanas para volver a repuntes importantes. En concreto, se vuelve a la fase 3 de restricciones 45 días después de haberla abandonado, con el consiguiente perjuicio para la actividad económica. 

Habrá que esperar a la evolución que se registra en las próximas semanas para comprobar si en este caso el repunte de lo que se considera ya la tercera ola de la pandemia se queda en cotas más bajas. Aunque los responsables sanitarios, tanto de la Junta de Comunidades como del Ministerio, vienen advirtiendo de la desfavorable evolución del coronavirus que cabe esperar en las próximas semanas a nivel general.