De Mesa: «Defenderemos con uñas y dientes que en Vega Baja no se cometan más herejías»

C.M.
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De Mesa: «Defenderemos con uñas y dientes que en Vega Baja no se cometan más herejías» - Foto: Javier Pozo

En Vega Baja, a pesar de lo vivido, todo sigue igual.

Llevamos años discutiendo sobre la necesidad de hacer efectivo el plan director de Vega Baja, de establecer el perímetro de delimitación, de hacer efectiva la protección sobre la zona. Y sobre todo insistimos en que se elimine la ficha del POM. El Plan de Ordenación todavía recoge que en Vega Baja se pueden construir 1.300 viviendas.

¿Por qué cree se mantiene la posibilidad de construir?

Ese es el tema que permanentemente hace creer, o al menos te plantea la duda razonable, que lo que no se quiere es definir un modelo que erradique la discrecionalidad. No hay nada que produzca más inseguridad jurídica que la discrecionalidad en el ejercicio del poder.

El último en reproducir comportamientos del pasado ha sido el director general de Cultura que, en un medio nacional, afirmó que «en Vega Baja no se va a encontrar lo que algunos esperaban»?

Cuando no hay proyecto lo normal es plantearse que no hay contenido. Es la disculpa.

La paralización del proyecto de construcción en Vega Baja liberó a los arqueólogos y se habló con claridad de lo que la zona conserva. Nadie destacó la monumentalidad -apuntó Morales que «la monumentalidad que se esperaba encontrar allí va a ser difícil que aparezca»- y creo que se asumió la riqueza allí contenida.

Se asumió perfectamente. Por ello, en la medida de nuestros esfuerzos y dado que surgió desde la propia sede en la célebre manifestación emitida por Gregorio Marañón sobre el peligro que corría Vega Baja, tenemos una responsabilidad moral en este proyecto que hará que defendamos con uñas y dientes que allí no se acometan más herejías. Porque el gran problema que pende sobre Vega Baja es que lo que se haga, en el 90% de los casos, es irremediable.

Así que mejor no hacer que hacerlo mal.

Si no haces se puede enmendar el error de no hacer, y el error de hacer es muy difícil de corregir. Una actuación que afecte al paisaje y al contenido de Vega Baja es muy complicado de subsanar. Hay que tener muy claro qué se va a hacer, insistir en que se decida de una vez por todas las líneas generales de un plan director que debe ser pactado. Hay que saber lo que puede hacer o no el Ayuntamiento, y lo que va a autorizar o no la Junta para trabajar con los proyectos que se pueden llevar a cabo conociendo en qué medida hay recursos para ellos. Y si no hay recursos a corto plazo, habrá que decirlo.

Lo que no es de recibo es que usted meneé el árbol para ver qué tipo de nueces caen por si acaso puedo sacar unos recursos de la licencia del Corte Inglés o del equipamiento de viviendas en otra zona de Vega Baja. Porque eso el día de mañana sí va a ser un problema que no va a tener solución.

Sí, porque el PAU en Santa Teresa está autorizado por la Junta y a punto de comenzar.

Y qué va a suceder cuando se haga el estudio arqueológico de una parcela de las de actuación y aparezcan restos que hay que conservar. Qué va a suceder, pues lo mismo que va a suceder en la Peraleda cuando hallen zonas que van a tenerse que proteger. Que van a aparecer, seguro. Seguimos sin darnos cuenta de que en Toledo el perímetro de actuación, tanto del paisaje como de restos, es muy amplio. Hay que tener cuidado.

Desde la Real Fundación se ha creado un grupo de trabajo dedicado a la Vega Baja. ¿Qué respuesta ha tenido de la Junta?

Las conversaciones mantenidas con el consejero de Cultura han sido fluidas y no ha habido el mínimo problema. Estamos esperando el material que se necesita para conocer en qué situación se encontraba el proceso de excavación en las distintas parcelas. Se trata de unir ese puzzle para tener una idea global de todo lo que se ha hecho.

Para ello deberían integrar en el grupo a todos los arqueólogos que trabajaron en Vega Baja ¿no?

Sí, claro, pero para llevar a cabo esa labor pedagógica hay que tener la complicidad de los derechos de autor que a cada uno le corresponden. Vamos a ver si entre todos nos ayudamos para poder hacer una segunda fase del proceso de excavación e investigación, y así conocer el alcance de lo que hay ahí.

Eso a pesar de que la no pudieron terminar su trabajo.

Efectivamente.

¿Servirá esta actuación para no volver a repetir errores en Vega Baja? Y sobre todo, ¿silenciará las dudas planteadas desde la administración regional?

Esto es lo de siempre, lo que hablamos de sensibilidad y discrecionalidad. Si el modelo estuviera cerrado hace años, como se tenía que haber hecho, estos criterios discrecionales de jugar a la yenka, con un pasito adelante y dos atrás, no se plantearía.