Órdago de seguridad en un desalojo pacífico

J. M. / Olías del Rey
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Más de un centenar de guardia civiles. Un helicóptero, dos decenas de coches patrulla, motos y cinco ambulancias formaban parte del dispositivo establecido para un desalojo que se resolvió de forma muy pacífica

Una vecina salía ayer hacia las 10 de la mañana de su casa y preguntaba: «¿Qué pasa?». Unos agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Olías del Rey pedían identificación frente a su casa a los conductores y ocupantes. «Nada», respondió uno de ellos. No quiso dar detalles y explicar que más de un centenar de guardias civiles, entre ellos 50 antidisturbios, habían aterrizado en las inmediaciones de la urbanización de ‘El Cavero’ para proceder al desalojo de cerca de medio centenar de familias. La vecina no había visto ni el uno por ciento del despliegue y se había alarmado; no había visto las dos decenas de coches patrullas, las dos UVI móviles del Sescam, las tres ambulancias de Cruz Roja, motos, un helicóptero y otros dos controles más a vehículos.

Demasiado ruido. Los habitantes del asentamiento, que se habían asombrado ya el día anterior del despliegue de la Guardia Civil, salieron en sus furgonetas con sus pertenencias sin armar escándalo. Sólo se detuvieron para atender a los medios de comunicación. Hacia las 10 de la mañana, hora prevista de la llegada de la comisión judicial, había quedado vacío el asentamiento de ‘El Cavero’ tras cerca de tres décadas. Una hora y media después, las máquinas irrumpían en el camino que conduce al edificio en ruinas para empezar el derribo de unos restos pertenecientes a la Tesorería General de la Seguridad Social construidos con amianto, material nocivo para la salud.

Los agentes mantuvieron el despliegue en ‘El Cavero’ al menos una hora más que el último de los chabolistas. Paulatinamente, iban abandonando la zona para dejar paso a las máquinas. En total, se desplazaron 58 agentes dependientes de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo, junto con otros 50 antidisturbios -integrados en la sección de Grupos Rurales de Seguridad- llegados de Madrid para apoyar el despliegue de seguridad.

Hacia las seis de la mañana, llegaron los primeros agentes a las inmediaciones de ‘El Cavero’ para acordonar la zona. El día anterior, habían supervisado el lugar para estudiar el dispositivo del desalojo. Éste incluía medios sanitarios, como dos UVI móviles del Sescam y tres ambulancias de Cruz Roja, estacionadas junto a la A-42.

El dispositivo de seguridad se trasladó posteriormente a las inmediaciones del Ayuntamiento de Olías del Rey. Diez agentes custodiaban la entrada del Consistorio durante la reunión mantenida por el alcalde, José Manuel Trigo, con los representantes de los habitantes de ‘El Cavero’. Una quincena de guardias civiles más aguardaba en las cercanías de la plaza de la Constitución.

Terminada la reunión, hacia las 13 horas, los guardias civiles se relajaban y abandonaban Olías del Rey después de un desalojo muy pacífico.