Los viaductos del AVE exigirían un proyecto arquitectónico

M.G
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Los técnicos municipales optan por la doble estación para modificar el trazado y alejarlo del núcleo urbano. Pero si no fuera posible proponen infraestructuras más esbeltas y estéticas para salvar el río

Los viaductos del AVE exigirían un proyecto arquitectónico - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

El AVE a Extremadura es uno de esos proyectos que darán muchas vueltas hasta que avancen porque se plantea para el año 2030. Aun así, el Ayuntamiento de Toledo quiere tener cuanto antes el trayecto que se planteará finalmente para ir trabajando de la mano del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a fin de que la línea vaya tomando forma al menos en papel hasta que puedan iniciarse las obras.

De momento, las alegaciones remitidas por el equipo de Gobierno municipal rechazan las cuatro alternativas propuestas del estudio informativo y se plantea habilitar una estación en la zona del Polígono industrial para alejar las vías de la ciudad y al mismo tiempo disfrutar de una parada más de este nuevo trayecto de Alta Velocidad que quiere terminar en Lisboa.

De momento, se desconoce si el Ministerio aceptará la propuesta municipal y se olvidará de las planteadas, pero en caso de que finalmente tampoco resulte recomendable por problemas técnicos o por costes mantener dos estaciones de tren de AVE en Toledo, una en Santa Bárbara que conecta con la línea de Madrid y otra en la Zona de Contacto junto al Polígono Industrial para unirse al tramo que se dirige a Extremadura, el servicio de Urbanismo plantea en uno de los informes la necesidad de elaborar un proyecto de integración arquitectónica para integrar los viaductos que se proyectan en las  opciones trazadas por el Ministerio a su paso por Toledo a fin de que se reduzca el impacto visual y la infraestructura se integre lo mejor posible con el entorno y con el río Tajo.

En principio, los técnicos municipales consideran «inadmisible la solución propuesta en las alternativas presentadas». El resto de informes, el de Arquitectura, el de Patrimonio y el de Medio Ambiente, también coinciden en lo mismo.  Todos entienden que si finalmente el Ministerio de Transportes no tiene en cuenta la alternativa municipal y se decanta por alguna de las tres planteadas, puesto que la primera tendría parada en Pantoja y la línea no llegaría a Toledo y queda descartada, «la menos lesiva» es la que cuenta con una buena parte del tramo soterrado, aunque también exige la construcción de dos viaductos, pero en este caso el primero, en las inmediaciones de Safont, «con una curvatura más pronunciada que incide en esta zona verde más al norte que la anterior», pero también afectaría «sobre elementos arquitectónicos del parque».

Es necesario tener en cuenta también que en el estudio informativo apunta en esta propuesta y en otra de ellas, similar a la anterior pero con el tramo al aire,  existiría otro viaducto sobre la Avenida del Salto del Caballo y la Avenida de Madrid de 768 metros de longitud, con lo que los técnicos exigen que se estudie otra tipología que minimice el impacto visual y aporte más una solución más estética «disminuyendo el canto y mejorando la esbeltez en el vano que discurre por la Avenida de Madrid». En este sentido, se trata «del punto donde se aprecia la primera visual de la ciudad», y es la vía principal de entrada de turismo a la ciudad.

Asimismo, los técnicos plantean la misma solución para esa primera infraestructura que podría levantarse para salvar el río, con una longitud de poco más de 600 metros, que también se plantea inicialmente tras su salida de la estación de Santa Bárbara. Y aunque finalmente en la comisión de Urbanismo de este lunes quedó claro que el Ayuntamiento no quiere ninguno de los trazados ofrecidos, a pesar de que en diciembre se fijó en el que planteaba más trazado soterrado, en el informe de Urbanismo se deja clara la necesidad de buscar más «esbeltez» en su vano central y en los aledaños porque se trataría «del puente moderno más representativo de la ciudad».

desconfianza. Este informe no entra a detallar los costes porque escapa de su cometido, pero lo cierto es que cuántas más infraestructuras exija el trazado, incluidos los túneles falsos que anuncia la opción menos lesiva, más se encarecerá un proyecto que de antemano ya exige una gran inversión por parte del Ministerio.

No obstante, lo importante al margen del posible trazado es que el proyecto del AVE se acomode a un calendario y tenga fecha aproximada de ejecución, puesto que se ha puesto encima de la mesa demasiadas veces y se ha guardado en el cajón en todas las ocasiones. Por este motivo, en el plano político hay cierto recelo porque temen que no llegue a ponerse en marcha en 2030 o el proyecto pueda perderse por el camino en función del color del Gobierno central.