La ermita de Santa Ana de Lagartera entra en la Lista Roja

C.S.Jara
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La Asociación Hispania Nostra advierte de que puede desaparecer si no se actúa con urgencia

Ermita de Santa Ana, Lagartera. - Foto: Hispania Nostra

La ermita de Santa Ana, en Lagartera, se encuentra en  un peligroso estado de deterioro que podría acabar con lo que queda del monumento original. Lo advierte la Asociación Hispania Nostra, que acaba de incluir esta ermita en la Lista Roja del Patrimonio, por la comprometida situación en que se encuentra. 

«La ermita se encuentra muy deteriorada. La falta de cubiertas y exposición de las fábricas ha propiciado derrumbes en diferentes puntos», advierte la asociación en el informe realizado sobre el monumento, que fue incluido en la Lista Roja el pasado 2 de diciembre. Añade además que «ha quedado expuesto a la intemperie el retablo de fábrica y estuco» y advierte del peligro que corre la estructura en su totalidad. 

La ermita de Santa Ana ha sufrido un gran deterioro, fruto del abandono y de la falta de mantenimiento desde que en 1981 se construyó el cementerio nuevo de la localidad. Hace ya años se derrumbó la cubierta de la nave, que arrastró la fachada principal, si bien se había mantenido en pie la techumbre del ábside hasta el otoño de 2020, cuando acabó por derrumbarse y afectar parcialmente al retablo neoclásico de fábrica, que se encuentra todavía en el interior. 

Situada en las Erillas de Abajo, se desconoce exactamente la fecha de construcción de la ermita, aunque ya hay referencias de ella en 1621, según explica en su página web la Asociación Hispania Nostra. Se estima que por sus características constructivas probablemente fue levantada en la segunda mitad del siglo XVI.

La ermita tiene planta rectangular compuesta por una sola nave cubierta a dos aguas y amplia capilla mayor, con un retablo único de fábrica con dos pisos, el inferior con tres hornacinas y el superior con una. En la guerra de la Independencia la ermita fue ocupada por los franceses, con el consiguiente deterioro. El templo tuvo culto hasta la Guerra Civil y dado el abandono del templo, el lienzo con el Salvador atado a la columna, pasó a la Sacristía de la  Iglesia.

El primer enterramiento se realizó en 1834 y el último en 1982, cuando fue sustituido por el nuevo cementerio, al que la ermita sirvió de capilla.  

Para Hispania Nostra, la situación de la ermita lagarterana de Santa Ana es sumamente comprometida por la situación en la que se encuentra, tras los sucesivos derrumbes que ha sufrido el edificio. «Si no se actúa con urgencia, puede terminar desapareciendo este elemento del patrimonio monumental de Lagartera», advierte la asociación tras la inclusión del monumento en su Lista Roja.