Castilla-La Mancha está la sexta en servicios sanitarios

Carmen Ansótegui
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La región mantiene su puesto en el ranking, a pesar de ser la undécima en presupuesto sanitario per cápita

Casi un 74% de la población cree que los servicios sanitarios de la región funcionan «bien o bastante bien». - Foto: Reyes Martínez

Castilla-La Mancha se sitúa sexta en el ranking de prestación de Servicios Sanitarios por Comunidades Autónomas. Así lo concluye el último informe elaborado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, en el que ha obtenido un total de 84 puntos sobre un máximo posible de 126. Encabezan la lista Navarra, País Vasco, Aragón y Asturias y en la cola se encuentran Andalucía, Murcia y Canarias.

Castilla La Mancha se mantiene así en la misma posición desde 2016, cuando consiguió subir siete puestos en la lista en tan sólo un año. En este sentido, Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la federación, asegura que en la última legislatura en la que gobernó el PP la región «tuvo un retroceso muy significativo, que se recuperó durante estos últimos cuatro años», alcanzando ahora una posición «relativamente aceptable», sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de una región con escasos recursos económicos, de una gran extensión y con una población envejecida. «Estos aspectos dificultan mucho tener una buena posición», reconoce Sánchez Bayle.

Sorprende además el sexto puesto que ha obtenido si se tiene en cuenta que queda undécima cuando se analiza el presupuesto sanitario  per cápita. En 2018 cada castellano manchego aportó 1.375 euros, frente a, por ejemplo, los 1.717 de los asturianos, que fueron quienes dedicaron una mayor cuantía a este capítulo del presupuesto autonómico. En el apartado de recursos, la región queda en términos generales en mal lugar por disponer de pocas camas o TACs, pero sobre todo destaca en negativo en el número de quirófanos, siendo la que menos tiene.

En el apartado de recursos humanos Castilla-La Mancha se encuentra también algo por debajo de la media en número de médicos y enfermeros especializados, aunque encabeza los primeros puestos en personal dedicado a la Atención Primaria, probablemente debido a la dispersión de la población en el territorio, que obliga a que haya más sanitarios para atender a un mismo número de habitantes.

El documento no sólo pone atención en aspectos de financiación y de recursos sino también en el funcionamiento. La región se sitúa en la media nacional en lo relacionado con el número de cesáreas realizadas o las intervenciones por quirófano y año y obtiene un buen resultado en el número de urgencias. No obstante, el informe concluye que en Castilla-La Mancha el coste por alta hospitalario es el más alto del país, alcanzando los 1.215 euros.

Por otra parte, es uno de los territorios con mayor gasto farmacéutico en recetas, ya que cada habitante invirtió en 2018 251,13 euros, quedando así en sexto lugar. En esta sección del informe la comunidad sobresale también por el uso de medicamentos genéricos. Con un 42% del total de envases. En lo que se refiere al gasto farmacéutico hospitalario es claramente inferior a la media, con un total de 134,68 euros per cápita, cuando otras regiones alcanzan cifras de hasta 181 euros.

Los pacientes ponen un 6,65 de nota. El informe evalúa también el nivel de privatización de la sanidad. En Castilla-La Mancha los habitantes destinan anualmente 321 euros. Las consultas por habitante al especialista del sector privado se sitúan en 0,34 y descienden hasta el 0,20 en el caso de visitas al médico de cabecera. Con estos datos, la comunidad se posiciona como una de las regiones en las que menos se opta por el sector privado. Según Marciano Sánchez, la mayor parte de este gasto se destina a servicios no cubiertos por la sanidad pública como la odontología.  

Por todo ello, en una escala del 0 al 10, los castellano-manchegos puntúan sus propios servicios sanitarios con un 6,65. Casi un 74% de los habitantes de la región creen que la Sanidad funciona «bien o bastante bien» y hasta un 80% de quienes han tenido que acudir a consulta, urgencias o que han sido hospitalizados consideran que la atención recibida fue «buena o muy buena».