Protegerá el agua del Tajo en el Estatuto si Murcia actúa

S.L.H
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El presidente de Castilla-La Mancha advierte que no "cejará en su empeño" de que cambiar el sistema actual de trasvases. Sin embargo, aseguró que Castilla-La Mancha «no quiere dinero, quiere agua» y, por ello, abogó por aumentar la desalación.

El presidente regional fue muy beligerante en el tema del agua. - Foto: Yolanda Lancha

El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, Emiliano García-Page, adelantó que si Murcia modifica su Estatuto de Autonomía para blindar el trasvase Tajo-Segura (algo que sucedió el pasado mes de abril, aunque tendrá que contar con el visto bueno de las próximas Cortes Generales para ser operativo y aprobado en referéndum), él propondrá también un cambio del Estatuto castellano-manchego para que se blinde el agua del río en la cuenca natural del Tajo.

En un desayuno informativo organizado por este periódico y Naturgy, el presidente regional reaccionó a la aprobación de la reforma integral del Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia que considera el trasvase Tajo-Segura una infraestructura fundamental para el desarrollo económico y social de esa comunidad autónoma, por lo que los poderes públicos promoverán el mantenimiento de su seguridad jurídica, así como la desalación.

García-Page advirtió de que si esta propuesta finalmente sale adelante, propondrá también un nuevo Estatuto de Autonomía para Castilla-La Mancha «con la intención contraria», es decir, «que el único blindaje sea para la cuenca natural del propio Tajo».

El presidente castellano-manchego recordó que hay varias sentencias del Tribunal Supremo contra el Plan Hidrológico del Tajo por la falta de caudales ecológicos en el río y también sobre las tarifas que se paga por el agua del trasvase, que están consideradas como insuficientes.

SEGUIR CON LA DESALACIÓN. Sin embargo, advirtió de que Castilla-La Mancha «no quiere dinero, quiere agua» y, por ello, abogó por ir hacia un aumento de la desalación del agua en Levante, hasta duplicarla en 2021 «como prometió el Gobierno» central o incluso llevar el compromiso al 2022, pero con el objetivo de ir reduciendo el agua que se deriva al trasvase.

«El cambio no se va a producir de manera brusca, ni nadie lo busca», afirmó García-Page, que sostuvo que Castilla-la Mancha no desea que el Levante «se quede sin agua», ni hacer daño a ningún territorio, solo busca que «haya una alternativa que ya existe». Y si no, añadió el presidente regional, que «se atrevan a plantear también trasvases desde el Ebro o el Duero porque es injusto, pero como ya existe el del Tajo pues nadie le mete mano».

Por último, confesó que mucha gente le aborda en la calle queriendo saber cuándo acabarán las derivaciones de agua al levante, una cuestión de la que aún no sabe la respuesta, pero confía en que, con el gobierno de Sánchez, sea más pronto que tarde.