Toledo cerró 2018 con la mejor balanza comercial en 15 años

Álvaro de la Paz
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El incremento interanual en la cuantía de las exportaciones (9,8%) se complementó con el descenso de las importaciones (-6,7%). La provincia registró un desfase entre ambas magnitudes de casi 223 millones, el mejor dato desde 2003.

Toledo cerró 2018 con la mejor balanza comercial en 15 años - Foto: Luis López Araico

Las empresas de la provincia siguen incrementando su actividad en el extranjero. El volumen de las exportaciones con origen en Toledo sumó a lo largo de del año pasado 1.858 millones de euros. El total de las importaciones alcanzó los 2.081 millones. La diferencia, en negativo, rozó los 223 millones de euros. La balanza comercial, todavía en números rojos, se cerró con el mejor balance desde 2003. Entonces, Toledo necesitó alrededor de 198 millones para cubrir su desfase comercial exterior. El último año que terminó con datos positivos, único según los informes mensuales elaborados por la Subdirección General de Estudios y Evaluación de Instrumentos de Política Comercial, dependiente de la Secretaria de Estado de Comercio, fue el ya lejano 1998.

La mejoría de la provincia en su relación comercial con el resto del mundo es constante desde 2016 y discurre paralela a la recuperación económica iniciada a partir de 2014. El año anterior a aquel fue el peor para la balanza exterior toledana. Las empresas locales invirtieron en 2013 unos 929 millones más de lo que vendieron. Los primeros ejercicios del nuevo milenio, marcados por un fuerte crecimiento económico sostenido, significativamente, por la pujanza de la demanda interna, y el inicio de la crisis, que apenas corrigió la tendencia, llevaron la actividad internacional de Toledo a un estadio peligroso: el mercado próximo no consumía como antes y las posibilidades en otras demarcaciones globales parecían vedadas.

El mal comportamiento de la demanda interna propició la diversificación. Las empresas toledanas se sobrepusieron a la falta de tradición (y músculo) para la exportación y comenzaron a buscar horizontes más lejanos. El sector agroalimentario, bandera de la región y una de sus señas de identidad más reconocibles allende las fronteras, se convirtió en la punta de lanza. Otros ámbitos, como el relacionados con la química, el calzado, el textil o las manufacturas, animaron el despegue de ventas al exterior.

Los números de Toledo durante 2018 evidencian tanto el repunte de las exportaciones como la bajada de las importaciones. Las ventas suben un 9,8%, mientras que las compras bajan un 6,7%.  Los dos apartados reducen una brecha que se redujo casi un 59% respecto a los registros contabilizados en 2017.

ÚNICA DE LA REGIÓN EN POSITIVO. Toledo logra el mejor dato provincial dentro del conjunto de Castilla-La Mancha. La provincia que alberga la capital regional eleva el tamaño de sus ventas en mercados foráneos casi un 10% desde enero hasta diciembre si se toma como referencia el mismo periodo de 2017. Guadalajara (6,4%) y Albacete (6,4%) se mantienen también en positivo; Cuenca (-6,9%) y Ciudad Real (-3,3%) minimizan su poder exterior. Toledo, además, ve cómo sus necesidades de importación decaen, circunstancia que mejora la balanza comercial y la sitúa como la única de las cinco en valores positivos en 2018 atendiendo a la comparativa con el ejercicio pretérito: su notable mejoría, de hasta el 58,6% en términos porcentuales respecto a 2017, contrasta con las caídas de Guadalajara (-24,9%), Albacete (-9,5%), Ciudad Real (-6,9%) y Cuenca (-5,2%). En el ámbito de la región, la balanza empeoró un 40% en el último año.

El capítulo de las exportaciones ejemplifica la nueva vocación exterior de las empresas de la provincia. En 2008, año del inicio de la crisis, la provincia facturó respecto al exterior 722,7 millones de euros. Cuatro años después, en uno de los ejercicios más complicados dentro de la larga recesión en la que estaba inmersa la economía española, la cuantía llegaba hasta los 927,6 millones. Desde 2012 hasta el año pasado, esa cantidad se ha duplicado: el año 2018 se cerró con mercancías expedidas al exterior por valor de 1.858 millones.

Pese a los buenos datos del último año y la tendencia favorable, la posición de Toledo dentro de Castilla-La Mancha muestra que su peso comercial exterior no se corresponde con su peso real en la economía de la comunidad autónoma. Mientras que la provincia que alberga a la capital regional produce casi un tercera parte de su PIB (alrededor del 31,7%), las ventas de bienes y servicios a terceros países se quedan en la cuarta parte del total (25,4%) de la meseta sur. La clasificación por provincias la deja en el tercer puesto, por detrás de Ciudad Real y Guadalajara.

La disonancia la explica, en buena parte, la importancia del vino. Ciudad Real es la mejor bodega de la gran bodega que para el mundo es la región. La pujanza de los caldos está detrás del excelente dato de la provincia meridional manchega, la que goza de mayor capacidad para la producción vitivinícola. El tradicional producto líquido es el motor principal que explica el alza de las ventas a terceros países con origen en la región de la meseta sur.

La provincia de Toledo requiere, además, de menos bienes y servicios de fuera. La cuantía de la importación se ha reducido respecto al año pasado (entonces se emplearon 2.258,4 millones de euros en compras). Ambos datos se mantienen en unos parámetros similares a los de años ejercicios anteriores, con volúmenes de unos 2.000 millones de mercancías traídas desde terceros países.