La obra de San Eugenio necesita más de un millón de euros

J. Monroy
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El inmueble por dentro está firme aunque el Cabildo sabe que tiene que actuar sobre las patologías externas. Su gran sueño sería hacer allí el taller de Organería de la Catedral

La obra de San Eugenio necesita más de un millón de euros - Foto: Yolanda Lancha

De nuevo la pandemia. La llegada de la Covid ha sido la causante de la paralización de una reclamada obra a la entrada de Toledo por la avenida de Madrid, como es la restauración de la ermita de San Eugenio, cuyo presupuesto, informa el Cabildo, «supera ampliamente el millón de euros».

Recientemente, las redes sociales ha dado la voz de alarma sobre el estado de este edificio del siglo XII, catalogado como Bien de Interés Cultural desde el 30 de marzo de 1993. El exterior del inmueble presenta importantes humedades en la antigua puerta tapiada junto al ábside, donde además se ve un gran agujero. La tapia del patio en Marqués de Mendigorría luce ya muy desgastada desde hace tiempo, a pesar de dudosas reparaciones con ladrillo. Pero ahora, además, se han desprendido allí algunas piedras del entorno del enorme portón.

El Cabildo Catedralicio, propietario de la ermita, es consciente de estas circunstancias y de la mala imagen que supone a la entrada de la ciudad, aunque tranquiliza a los toledanos: se da más un problema estético en el exterior del edificio, que un problema estructural, porque el edificio en sí está en buen estado. De hecho, fuentes consultadas por este diario han explicado que ya existe un proyecto para su restauración. Tras detectar estos problemas, el Cabildo encargó a finales de 2019 el proyecto a sus arquitectos. Pero entonces estaba embarcado en la obra de restauración de la torre de la Catedral, y decidió esperar a su término. Llegó la pandemia y con ella paró todo. Ahora el problema es la falta de presupuesto.

En estos momentos, reconocen estas fuentes, la recuperación de San Eugenio se ha convertido en prioritaria para el Cabildo cuando tenga disponibilidad económica. Se da la circunstancia de que al estar fuera de lo que estrictamente es Casco histórico (termina en Tavera), no puede contar con la ayuda del Consorcio. Además, Junta y Ayuntamiento ya se están volcando con la Catedral, que en estos momentos está recuperando el Transparente, por lo que es difícil que también aporten aquí.

La actuación. Habrá que ver hasta dónde llega el presupuesto. El gran sueño que desde hace tiempo tienen en el Cabildo es convertir esta antigua ermita en el taller de Organería de la Catedral. Se trata de una nave con los techos a gran altura, lo que permitiría desplegar los grandes tubos.

Aunque si de momento no da el dinero, por lo menos se repararán las patologías que se dan en el exterior del histórico edificio. Habrá que actuar tanto en la parte baja del ábside, con muchas humedades, como en el tapial. En realidad, lo que sube el gasto es actuar sobre el ábside, dado que se trata de un BIC, y sobre él tienen que trabajar expertos. Porque el muro, aunque de aparejo toledano, es más moderno, y además, a pesar de su estado exterior, está asegurado por dentro. De hecho, se barajó incluso una actuación en este último por parte de los propios obreros del Cabildo, aunque a la postre se optó por hacer ya una actuación en su conjunto.

De paso, probablemente, se adecentará también el interior del patio. Ahora está con hierbas y piedras, pero sigue manteniendo su uso como taller de la Catedral, para carpintería y forja.

Al margen, está pendiente una actuación urbanística sobre el edificio adyacente, que comparte muro de medianería. La Junta ya ha avisado de que estará muy atenta al expediente, al ser un inmueble pegado al BIC. De hecho, la antigua ferretería fue en su momento parte de la ermita y funcionó como depósito de cadáveres de la ciudad camino del cementerio. Desde el siglo XII, la ermita ha tenido usos muy diversos. Uno de ellos fue de  hospitalito y de especie de antiguo tanatorio. Con la desamortización, la Catedral se quedó con el espacio religioso, y este inmueble adyacente, también con siglos de historia, pasó a otras manos. Hoy siguen perteneciendo al Cabildo el templo, su patio y un pequeño edificio que hay detrás, que no se ve desde la calle. Confían desde el Cabildo en que esta actuación privada contará con todas las garantías y no solo no dañará el templo, sino que quizás lo consolide y elimine humedades.

Hay que tener en cuenta que este proyecto, con ser prioritario, no es el único que tendrá que afrontar el Cabildo cuando disponga de presupuesto. También está pendiente una intervención en el Cristo de la Vega. De hecho, ya tuvo que desarrollar allí una actuación de urgencia durante la pandemia, cuando comenzó a hundirse una tapia que dejaba los cimientos al aire y hubo que actuar. «Son dos temas urgentes, pero se necesita de disponibilidad económica», apuntan fuentes internas. Tampoco aquí se podrá contar con ayuda del Consorcio.