A propuesta de la Asociación de Vecinos Alcántara, el pasado Consejo de Participación de Santa Bárbara aprobó hacer un proyecto de arreglo integral del parque de Viguetas, un proyecto, incidieron los vecinos, que tendrá que desarrollarse lo antes posible y contar con las opiniones de usuarios y residentes del barrio. Porque, denuncia el vicepresidente de la Asociación, Jesús Martín, los vecinos están muy enfadados ya con la falta de actuaciones municipales en la zona verde más grande de Santa Bárbara, que apenas ha tenido actuaciones importantes desde que se construyera, ya con importantes deficiencias, en 1995.

El propio Martín propuso durante el Consejo que se creara una Comisión de Urbanismo en el mismo, similar a la que hay en el Polígono, un espacio público de participación, donde entiende que se ha de presentar el informe técnico al que se ha comprometido el Ayuntamiento, para que entre todos se busquen soluciones, «porque nosotros lo que queremos es participación y colaboración». El objetivo es que no haya parches, como en ocasiones anteriores, «porque entonces es mejor que no empiecen, que no se gasten el dinero». Martín apunta que esta es una infraestructura para los ciudadanos, «sobre todo, para los niños, y menudo ejemplo cultural que les estamos dando cuando vienen a un parque y lo ven abandonado, esto se tiene que mantener igual que una casa».

Los problemas del parque llegan en realidad desde el día de su inauguración. El entonces alcalde, Joaquín Sánchez Garrido, se empeñó en construir la infraestructura en un espacio en el que ya la Asociación le avisó de que tendría problemas, «porque eso era una escombrera». El hecho fue que una semana más tarde, se cayó una barandilla del espacio y días después, Sánchez Garrido perdía las elecciones. Desde entonces, se lamenta Martín, no se ha llegado a hacer ninguna actuación importante, «han puesto parches y esto se ha mantenido porque ha llovido, está abandonado desde hace muchos años».

Viguetas se arreglará tras 25 años de abandono - Foto: Yolanda RedondoEl resultado es un espacio con múltiples problemas. Necesita arreglos de albañilería, jardinería, colocación de nuevos bancos, papeleras, luces y poda de árboles. También pide la Asociación una mejor accesibilidad, para lo que cree que hay que quitar pendientes, escalones y rampas innecesarias, y la limpieza de muros, que están llenos de verde por las filtraciones de agua y de pintadas.

El recorrido. Es cierto que la zona más cercana a los bares, el espacio bajo, está más cuidado, con una zona infantil y bancos recién pintados. Pero la cosa cambia a medida que comienza la subida hacia la antigua chimenea. Hay pasos de peatones caídos, con los cascotes en el suelo desde hace más de dos años, denuncia Martín. El camino prosigue con aceras levantadas y rotas, pintadas y los restos de las humedades causadas en los muros por las últimas lluvias, «está todo abandonado y se está cayendo a trozos por todos sitios».

Existe una antigua estructura que en su día se pensó para hacer conciertos, pero que no se usó jamás. Hoy, apunta Martín, «está vergonzosa, si hubieran tenido un poquito de dignidad, habrían hecho allí algo, aquí han tirado un montón de dinero, pero no han hecho nunca nada».