Desarticulada una organización de explotación sexual

La tribuna
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La red operaba en Toledo y uno de sus miembros ha sido uno de los nueve detenidos. Las mujeres eran trasladadas de Nijeria a clubes de la provincia

Desarticulada una organización de explotación sexual

lt / madrid

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal dedicada a la explotación sexual que operaba en Barcelona, A Coruña y Toledo, liberando a una víctima de trata. Hay nueve personas detenidas -seis en A Coruña, dos en Barcelona y una en Toledo- que, presuntamente, integraban una organización criminal de origen nigeriano que disponía de una fuerte infraestructura para llevar a cabo la actividad ilícita.

Además, la organización también se dedicaba al blanqueo de capitales a través de la compra de vehículos antiguos y la comercialización de permisos de residencia. Los investigados utilizaban la ruta nigeriana, que transcurre por Nigeria, Níger, Argelia, Libia e Italia, para trasladar a las víctimas; una vez en Italia viajaban, vía marítima, de Nápoles a Barcelona y desde allí hasta Madrid para, finalmente, ser trasladadas y explotadas en Toledo y A Coruña, según ha informado la Policía en nota de prensa.

La investigación se inició cuando la víctima denunció su situación ante la Policía Nacional. Además, puso en conocimiento de los agentes cómo había sido su captación en Nigeria y el funcionamiento de la organización en España. A partir de este momento, los investigadores comprobaron la existencia de una organización criminal, de origen nigeriano, con una fuerte infraestructura en España y Nigeria.

La víctima manifestó que, durante este trayecto, fue agredida sexualmente en múltiples ocasiones y obligada a tener relaciones sexuales con aquellas personas que le imponían los miembros de la organización en las ciudades por las que pasaban. En Madrid ejercía la prostitución en la calle; en A Coruña y Toledo lo hacía en clubes de alterne, en concepto de «cuotas», para solventar la deuda económica de 25.000 euros que había contraído con la organización.

Además de dedicarse al negocio de la prostitución, los agentes observaron que la organización también blanqueaba las retribuciones obtenidas de los servicios sexuales de la víctima adquiriendo vehículos antiguos en España. Posteriormente, los daban de baja en la Dirección General de Tráfico y los exportaban a Nigeria mediante un contenedor marítimo en el que también enviaban todo tipo de mercancía comprada en el mercado de segunda mano. Una vez en Nigeria, tanto el vehículo como la mercancía se vendían a un tercero generando, aparentemente, un beneficio económico.