El sector del turismo fue el primero en notar los efectos de la pandemia y puede ser de los últimos en recuperarse. «Esto no va a ser de un día para otro, somos conscientes de que la recuperación va a ser lenta, vamos a ser los últimos, pero hay que tener esperanza, poniendo por delante la salud y la seguridad», valora la presidenta de la Asociación Nacional de Guías Cefapit, la toledana Almudena Cencerrado, quien espera que al menos la herencia de la Covid sea un turismo menos masificado, que busque más la calidad que los grandes grupos que se formaban con los free tours.

Por motivos obvios el sector está totalmente parado, no solo en Toledo, sino en el conjunto de Europa. La esperanza, más que expectativa, es que las vacunas sean una solución y vayan dando confianza a la población para viajar. El sueño, a lo que se quiere agarrar el sector, es que de cara al verano ya comience la recuperación. Aunque Cencerrado confiesa que quizás «siendo realistas, hasta que no comience la gente a tener confianza, no va a haber movimiento. Yo pongo un poco más la frontera en septiembre y el último trimestre del año». Además de ganar confianza, el sector también tendrá que dar confianza, «y para ello estamos trabajando».

Si la recuperación fuera en septiembre, en Toledo no sería tan grave, porque en la ciudad el verano suele ser temporada baja, con menos turistas por el calor. Lo peor, si no hay respuesta antes del verano, se lo van a llevas las costas, y el turismo de sol y playa.

Menos masificación. La pandemia además, apunta Cencerrado, puede dejar de herencia cambios en el turismo. Ya el pasado verano, los turistas optaron más por destinos como Asturias. Buscaban entornos más seguros.

Esto también influirá en una búsqueda de turismo menos masificado, «que no era positivo para nada, ni para nadie». Cencerrado se acuerda de empresas poco reguladas y de los free tours «que no garantizaban una calidad y con grupos numerosísimos». Con muchas de estas empresas ya cerradas, la presidenta de los guías entiende que la crisis puede favorecer el cambio.

Había empresas, explica Cencerrado, que no estaban constituidas legalmente, muchas veces sin pagar los impuestos que están pagando, como autónomos, los guías profesionales. «Es muy importante que la gente se conciencie de lo que es legal y lo que es ilícito y ese tipo de turismo no era deseable para ninguna de las ciudades», apunta, mientras recuerda su petición a las autoridades para que apuesten por un turismo de más calidad, algo que van a seguir demandando desde Cefapit, «porque el tiempo nos está dando la razón, hay que apostar por la calidad y por la defensa del consumidor».

El próximo 21 de febrero, Cefapit no podrá organizar sus visitas gratuitas con motivo del Día Internacional del Guía, pero lo hará con una campaña de vídeos, «y con la esperanza de que esta pesadilla pase».