Pedro Tomé ha vuelto. En realidad nunca se fue, sólo se tomó un paréntesis que le ha servido para ‘inventarse’ nuevos retos. El triatleta toledano desechó en mayo su plaza para el Mundial de Ironman de Hawái, pero ahora sí que quiere estar en un Campeonato del Mundo, también en las antípodas, aunque ha optado por reducir la distancia de la competición para pasarse al 70.3. Mañana estará en la línea de salida de la prestigiosa prueba de Cascais y, de acabar entre los tres mejores de su grupo de edad (50-54 años), obtendría un billete directo para la cita Taupo (Nueva Zelanda) en noviembre de 2020.

El integrante del Bicicletas Pina Tritoledo cuenta que ya había competido en esta distancia como preparación a otro Ironman, «pero no en serio y con ambiciones diferentes». Tras no atravesar un buen momento personal, pensó que podía aprovechar «otro pico de forma» y esta prueba le cuadra «perfectamente». Además, tiene buenas referencias de Cascais y está a una distancia que permite un viaje cómodo.

En la modalidad 70.3, las distancias se reducen a la mitad, con 1.900 metros de natación, 90,1 kilómetros de bicicleta y un medio maratón (21 kilómetros de carrera a pie). Según Tomé, requiere «más intensidad y estar un escalón por encima respecto al Ironman». Para prepararse, ha reducido el volumen, porque ya lo tenía del invierno, y lo ha sustituido por más trabajo de gimnasio «para tener más chispa».

El último mes ha sido fundamental para el capitalino y ha estado dirigido a perder peso y alcanzar ritmos de podio. Pedro Tomé confiesa que si acaba esta vez entre los tres mejores, sí que cogerá la invitación para Nueva Zelanda, ya que todavía tendrá tiempo de buscarse ayudas y patrocinadores.

En cuanto al circuito, el toledano reconoce que el segmento de natación será de nuevo su caballo de batalla y espera salir lo menos lastrado posible. El condicionante principal será la temperatura del agua, ya que se espera que sea fresca, en torno a 19 grados centígrados. Asimismo, parece que soplará el viento.

El trazado en bicicleta confía en que le sea favorable porque se ajusta a buenos rodadores como él. Incluso, tiene varios repechos que le vienen bien a sus cualidades. Por último, la baza principal de Tomé llegará en la carrera a pie. Se corre por la costa y, aunque el circuito es rápido, tiene un desnivel acumulado nada desdeñable de 300 metros. «Me puede venir perfectamente si no me he castigado demasiado antes», valora.

Es importante el físico, desde luego, pero tanto o más lo es la cabeza y Pedro Tomé reconoce que acude con la ilusión de la primera vez que fue a Hawái. Admite que su entorno ha cambiado «a mejor» y que «el año personalmente duro está superado», lo que le permitirá competir con «mejores sensaciones y mayor confianza».