Tresku, en la lista roja de patrimonio de la Real Academia

L.T. /L.G.C.
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La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo lo ha integrado en su lista de patrimonio amenazado y se posiciona a favor de su conservación como ejemplo arquitectónico del siglo XX.

Tresku, en la lista roja de patrimonio de la Real Academia - Foto: Manu Reino

La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo ha actualizado su Lista de Patrimonio en Peligro con la incorporación de cinco nuevos elementos, entre los que se encuentra el edificio de Tresku en Talavera. El inmueble, sin uso desde hace varias décadas cuando cerró el negocio hostelero que operaba en su planta baja, ha levantado en los últimos meses el debate de su conservación, tema que divide a la población.

Junto a este edificio ubicado junto a los Jardines del Prado, también incluyen en el listado de patrimonio amenazado el anfiteatro romano de Toledo; la antigua Casa de Cultura del paseo del Miradero, con la Biblioteca Pública; los fondos del antiguo Museo de Arte Contemporáneo de Toledo, especialmente la obra de Alberto Sánchez (1895-1962), y el Paseo de Merchán o de la Vega y su patrimonio medioambiental, todos en Toledo.

El edificio Tresku, obra del arquitecto talaverano César Casado de Pablos, es una manifestación del racionalismo arquitectónico del siglo XX en el ensanche del Prado de la Ciudad de la Cerámica, a favor de cuya conservación ya se había manifestado la Real Academia.  

Así piensa igualmente el colectivo histórico Arrabal, que hace un tiempo indicó que de producirse su derribo, supondría «uno más de los desaciertos que en materia de patrimonio urbanístico y arquitectónico se han producido en la ciudad en las últimas décadas».

En estos momentos, según ha confirmado a La Tribuna el concejal de Planificación Urbana, José Antonio Carrillo, «aún no se sabe» si el edificio será derribado. Desde hace unos meses, los servicios técnicos resuelven el expediente de declaración de ruina económica que ha solicitado uno de los copropietarios, que ya se declaró en 2013, ratificado años después por un juzgado, pero que fue impugnado por otra de las partes.

A la espera del resultado de estos informes, el inmueble no puede ser demolido. Carrillo aclara además que, a diferencia de otros, este edificio no está protegido, no forma parte de ningún catálogo ni inventario ni tiene un valor reconocido como tal.

ARRABAL. Arrabal aseguró en marzo tener constancia de informes técnicos solventes que acreditan que el estado estructural del edificio es apto para su uso, y sin riesgo de colapso o ruina; además existe una sentencia judicial que así lo asegura y rechaza la tesis de la ruina de su cimentación. Por todo ello, «no encontramos razón alguna que obligue a la presunta demolición y declaración de ruina del edificio».

El colectivo Arrabal, sin entrar a considerar las diferencias de tipo personal o familiar que puedan existir entre los diversos propietarios del inmueble, las mismas que históricamente hablan del cierre de la cafetería Tresku y su falta de actividad desde hace años, defienden «el valor meramente patrimonial y arquitectónico del mismo, así como su valía cultural acumulada durante décadas en el imaginario colectivo de la ciudad».

Aseguran que este tipo de edificios son imprescindibles para una lectura histórica de la evolución urbanística y arquitectónica de la urbe, ya que su importancia «va más allá de su diseño e interés como ejemplo de arquitectura puntera entonces en Talavera». Su situación en uno de los nodos viarios más importantes de la ciudad, y uno de los centros neurálgicos de actividad comercial y de ocio, le han convertido con el tiempo en un verdadero icono arquitectónico local, más allá de su valor propiamente artístico y técnico. Tresku es uno de los hitos referenciales y espaciales del imaginario colectivo de Talavera, lo que le convierte en ejemplo también del patrimonio histórico inmaterial.