La huerta más sana

Inmaculada López
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La huerta ecológica 'El Campillo', en Yunquera de Henares, es un ejemplo de apuesta decidida por el cultivo tradicional y no contaminante de productos de la tierra libres de pesticidas y otras sustancias químicas

La huerta más sana - Foto: Javier Pozo

Hace seis años que Luis Javier González decidió retomar la actividad de la explotación agrícola que había sido el sustento de varias generaciones de su familia en Yunquera de Henares. Sin embargo, apostó por un sistema de cultivo distinto al convencional, respetuoso con el medio ambiente y alejado de cualquier sustancia química, sintética o manipulada genéticamente. Así surgía la Huerta Ecológica El Campillo, una manera diferente y, sin duda, mucho más sostenible y saludable de concebir la agricultura. «Esto es trabajar la tierra como lo hacían los romanos», señala Luis Javier entre risas mientras traza los últimos surcos de la mañana con su mula mecánica, la única maquinaria que utiliza para llevar a cabo su dura y larga jornada laboral.

No ha sido nada fácil cumplir el reto que este afanoso yunquerano se marcó cuando puso en marcha este gran huerto biológico. «Aposté por lo ecológico por convencimiento personal. Primero, para no contaminar y, segundo, para producir alimentos sanos con cero química, cero residuos y cero pesticidas porque estamos hartos de escuchar hablar todos los días de intolerancias, de alergias y de enfermedades como el cáncer».

A su formación y experiencia previa en materia agraria y de jardinería, Luis Javier sumó los conocimientos adquiridos a través de un máster en Agricultura Ecológica e incontables horas de ensayos y faena. «Al no utilizar productos químicos, todo es más laborioso», afirma. Por ello, acostumbra a utilizar la palabra «artesanía» para referirse a su trabajo. «Hay que usar técnicas tradicionales como la asociación de cultivos, el curar las plagas con productos naturales que recojo del campo y fabricar mis propios abonos y purines», indica. Y es que, efectivamente, todos los detalles de esta explotación hortícola están estudiados al milímetro. Así, por ejemplo, Luis Javier planta cebollas para ahuyentar las plagas de mosca, tiene distribuidas aromáticas que repelen  insectos o atraen a polinizadores en función de cada especie, dispone de su propia «farmacia verde» para eliminar las plagas y esparce paja entre las plantas para evitar que nazcan las malas hierbas.

«del huerto a la mesa». Evidentemente, la recompensa de todo este esfuerzo llega en forma de unas verduras y una hortalizas con cualidades incomparables y elevadas propiedades nutritivas. « Tienen un sabor, una textura y un olor que el producto convencional no tiene», asegura Luis Javier mostrando un precioso tomate rosado recién cortado. «Recolectamos del huerto a la mesa. Nuestros productos están disponibles para el consumidor en seis u ocho horas. Hasta ahora, no utilizamos cámaras, es todo fresco», señala.

Según explica esta campechano agricultor, esta circunstancia va a favor de la calidad final de los productos, pero supone un hándicap a la hora de su distribución y venta. «Aquí te tienes que adaptar a la producción. Esto no es una impresora en la que yo doy al botón y saco tres kilos de tomates. Si recolectamos dos días a la semana, el cliente tiene que comprar esos dos días». Por otra parte, Luis Javier lamenta la falta de «cultura consumidora» que existe en nuestro país en cuanto a valorar los productos ecológicos y de cercanía, el escaso apoyo de la administración a este tipo de agricultura, los bajos precios y la burocracia infinita que requiere una explotación de estas características. «Para contar con la certificación ecológica, tenemos que pagar. Es decir, pagamos por no contaminar mientras que los que contaminan no pagan, tienen barra libre», lamenta.

dificultades. A pesar de todas estas dificultades, Luis Javier continúa al pie del cañón y creyendo firmemente en este proyecto sostenible que impulsó con tantísima ilusión y que le llena de orgullo. Una insistente promoción en redes sociales, el boca a boca y comenzar a repartir a domicilio por los municipios del Corredor del Henares a raíz del confinamiento sufrido por la pandemia del coronavirus han sido tres factores determinantes para dar este año un fuerte empujón al negocio. Además, cada vez son más los chefs y restaurantes que se interesan y apuestan por los productos frescos de la Huerta Ecológica El Campillo como es el caso de Mesón El Rodeo, de Yunquera de Henares, y el Restaurante Las Llaves, de Marchamalo. Asimismo, hay pequeñas tiendas locales y asociaciones de consumidores que son clientes fieles y convencidos de esta pequeña empresa familiar que también apoya APAG desde el supermercado de su comercializadora Sat-Coagral.

La didáctica es otro de los valores que marcan la filosofía de esta singular huerta, donde se celebran jornadas de puertas abiertas para escolares y visitas explicativas a clientes y a todo aquel que esté interesado en conocer sus métodos de producción sostenible. Además, Luis Javier imparte frecuentemente charlas y cursos sobre agricultura ecológica.

Por supuesto, la mejor manera de terminar el recorrido por este oasis de alimentación saludable es catar alguna de sus delicatessen. Luis Javier nos ofrece el mismo tomate cherry de pera amarillo que probaron hace unos meses los jugadores del Deportivo Guadalajara en la feria de productos de la tierra que se celebró en el Mercado de Abastos de la capital. «Les dije que si comían estos tomates, subirían de categoría», nos cuenta a modo de anécdota. Hasta el momento, los pronósticos de este jovial hortelano no han fallado. Este domingo, el Dépor se juega su anhelado ascenso a Segunda B. Desde luego, no hay nada mejor que una alimentación sana y cien por cien natural.