«Ha finalizado el curso gracias a los profesionales»

Inmaculada López
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«Los profesores somos un referente para los alumnos y eso no se puede sustituir por dar clase por internet»

«Ha finalizado el curso gracias a los profesionales» - Foto: Javier Pozo

Hace cuatro años que el profesor guadalajareo del IES Brianda de Mendoza, José Antonio Ranz (Riosalido, 1965), asumió la presidencia del sector de Educación de CSIF Castilla-La Mancha, un sindicato que representa a 2.300 docentes de la enseñanza pública de la región, de los cuales cerca de 600 ejercen su profesión en la provincia.

Finaliza un curso escolar que ha sido muy duro para todos: profesores, alumnos y padres. En general, ¿qué valoración realiza de la manera en la que se ha llevado estos meses de enseñanza a distancia?

Hemos vivido en una constante incertidumbre, pero podemos decir que la educación ha llegado a final de curso con éxito gracias a la profesionalidad de los docentes y pese a la labor de nuestros políticos tanto de la Consejería de Educación como del Ministerio de Educación y Ciencia. El Ministerio de Educación no ha sabido liderar este final de curso y, a nivel regional, también surgieron bastantes problemas.  

¿Cuáles han sido las mayores dificultades para  el profesorado?

La mayor dificultad ha sido la inseguridad. Primero, inseguridad ante la legislación y ante las directrices que se iban dando. Los profesores también han sufrido una falta de medios informáticos y un aumento de la burocracia, el tener que hacer y rellenar informes que muchas veces son estériles, no sirven para nade. Desde CSIF llevamos denunciando desde hace años que los docentes, y especialmente los equipos directivos, están realizando excesiva burocracia y este año ha crecido de manera exponencial sobre todo por la falta de uniformidad y criterios. Esto ha producido que los docentes estén bastante molestos.

¿Y la brecha digital?

Efectivamente, ése ha sido otro problema importante. Hay que hablar de brecha digital en dos vertientes. Está la de los docentes porque muchos que no están familiarizados con los medio informáticos. En este sentido, exigimos a la Consejería que se les forme y que se cree un sistema uniforme para que todos  puedan utilizar una misma plataforma la hora de dar clase por si nos vemos en esa tesitura en el curso siguiente. Por otro lado, hay una brecha digital en los alumnos que no tienen medios y que se les ha tratado de ayudar a través de diferentes estamentos llevando ordenadores y tabletas a sus municipios. También hay otro problema que vamos a acarrear para el próximo curso que son los alumnos absentistas. Hay alumnos de 15, 16, 17 años que, dado que las instrucciones de evaluación y promoción establecían que la nota final de curso iba a ser la nota media de la primera y la segunda evaluación y que la tercera sólo serviría para subir nota, dejaron de trabajar. Hay bastantes alumnos que dejaron todas las tareas educativas sin hacer, lo que va a suponer un hándicap porque pasan de curso y se enfrentan con unos hábitos que sus compañeros sí tienen y con unos contenidos que han sido reforzados por los profesores y que sí han adquirido el resto.

Toca planificar el curso 2020-2021. ¿Cree que los centros podrán adaptarse a las medidas impuestas con motivo de la crisis del coronavirus?

Los equipos directivos tuvieron hasta el 15 de julio para establecer sus propuestas de cómo pueden funcionar los centros el curso que viene. Se dieron unas instrucciones desde el Ministerio de Educación que son las que acogió la Consejería. Nosotros vemos algunas cuestiones que no nos convencen del todo. Por ejemplo, si aplicamos la distancia de seguridad de 1,5 metros por pupitre, no queda más remedio que contratar profesores y la Consejería no está por la labor de hacerlo. Creemos que el curso que viene debe empezar de forma segura porque en el momento en que la educación se pone en marcha, se pone en marcha toda la sociedad, todo empieza a rodar (los padres se mueven, arrancan las actividades extraescolares, los comedores, etc.);entonces, hay que crear entornos seguros. Por ello, estamos proponiendo que las entradas a los centros se realicen de manera escalonada, que bajen las ratios, que aumente el número de profesores, etc. Otro tema que nos preocupa mucho es el de los profesores vulnerables, que tiene alguna patología previa y están en situación de riesgo. ¿Qué vamos a hacer con ellos en septiembre? Se lo estamos preguntando a la Consejería y a la Delegación y todavía ese aspecto no está tratado. Faltan muchos flecos por cerrar de cara el curso que viene. Serán cuestiones que haya que abordar según vaya pasando el tiempo e imagino que las últimas decisiones se tomarán a finales de agosto según vaya evolucionando la pandemia.

Desde CSIF ya han levantado la voz de alarma ante el aumento de las ratios en ESO y Bachillerato. ¿De qué cifras hablamos?

La ratio se bajó el año pasado a 30 alumnos. Pero hay un problema que es que con la escolarización sobrevenida, las aulas pueden llegar a tener hasta 33 alumnos en Educación Secundaria. En Bachillerato, la ratio es 36 y con la escolarización sobrevenida se puede llegar a 40. Es evidente que en las aulas actuales no caben ese número de alumnos manteniendo la distancia de seguridad. Pero es una problemática que se detecta a todos los niveles. Los colegios suelen tener las aulas muy pequeñas y si aplicamos las instrucciones de la Consejería de la distancia de separación entre pupitres, en las clases de Primaria, donde la ratio es de 25 alumnos que pueden aumentar hasta 28 con la escolarización sobrevenida, va a ser imposible cumplirlo. Como mucho, cabrían unos 20.

¿Cuántos profesores consideran que harían falta para iniciar el nuevo curso con todas las garantías?

Calculamos que unos 10.000 profesores para toda Castilla-La Mancha entre Primaria y Secundaria. Ahora, somos unos 30.000. Sobre todo una cosa que nos parece fundamental es que hagan caso a los equipos directivos porque son quienes mejor conocen los centros y sus necesidades.

¿Cree que la administración regional está en condiciones económicas para hacer frente a ese gasto?

La administración regional tiene que hacer un esfuerzo por garantizar la enseñanza pública. Hay que coger el toro por los cuernos y ver dónde están las necesidades reales. Está claro que es en Educación, sin olvidarnos de Sanidad y Bienestar Social, evidentemente. Hay lugares de donde se puede recortar dinero, como los puestos de libre designación, para emplearlo donde es más necesario.

El  Gobierno regional ha anunciado que realizará test de coronavirus a los profesores y al personal no docente que trabaja en los centros. ¿Cómo reciben esta medida?

Bien por que era algo que veníamos demandando. Otra medida que habíamos solicitado y que se ha logrado es que sea la Consejería la encargada de comprar las EPIS y no los centros, ya que los docentes no somos especialistas en esta cuestión. Poco a poco todo aquello  que hemos pedido, se va consiguiendo. Esperamos que desde la Consejería sigan siendo receptivos en otras cuestiones que estamos planteando como el aumento del profesorado.

Tras la experiencia vivida en el confinamiento, ¿habría que hacer una mayor apuesta por la digitalización en la enseñanza pública?

Sí, hay que hacer una mayor apuesta por la digitalización pero sin olvidar que la escuela es un lugar de socialización. No se puede sustituir. Si hablamos del entorno rural, podemos decir que hay niños que sólo ven a otros niños cuando van al colegio. Y si hablamos de las poblaciones más grandes, pues igual, es el lugar donde los niños se relacionan más tiempo con sus amigos. Sólo el 13 por ciento de las horas que tiene un año son las que los alumnos pasan en la escuela. Ahora nos hemos dado cuenta de lo importante que es ese 13 por ciento. La escuela no es sólo es el lugar donde se aprende Matemáticas, Lengua o Física y Química, que también, sino donde se aprenden valores. Los profesores somos un referente para los alumnos y eso no se puede sustituir por dar clase por internet. Puede servir como apoyo, para entregar un trabajo, para hacer una exposición, pero no es sustituto en ningún caso.

¿Cómo analiza la situación de la enseñanza pública en la región?

La enseñanza pública es garantía de equidad y nosotros la defendemos con uñas y dientes. Por supuesto, hay que reducir la interinidad. En Castilla-La Mancha, estamos sobre el 18 por ciento de interinidad y consideramos que hay rebajarla hasta el 8 por ciento que marca Europa. Pero no es sólo existe un problema de interinidad, también hay una falta de profesores. Este año, hemos notado falta de profesores, especialmente, para Matemáticas y Fisíca y Química. Es algo que ocurre en toda España. Otro hecho significativo que nos preocupa son las medias jornadas. Este año, en Enseñanzas Medias, más de 32 por ciento de las plazas que se adjudicaron fueron a media jornada. Muchas de seas medias jornadas se podrían convertir en enteras para hacer apoyos en especialidades donde los alumnos necesitan un empujón como puede ser en  Lengua o en Matemáticas. Es un aspecto que estamos insistiendo a la Consejería:es necesario reducir las medias jornadas.

¿Y en la provincia de Guadalajara?

Yo siempre digo que en España tenemos 17 modelos autonómicos más uno que es el de Guadalajara porque tenemos el currículo de Castilla-La Mancha, pero los alumnos de Segundo de Bachillerato se examinan de la Evau con Madrid y ahí se produce una distorsión. Luego, una cuestión que padece especialmente Guadalajara es la que afecta a los centros educativos. En general, son centros muy viejos, que necesitan una reforma grande y adaptarse a nivel de estructuras, de laboratorios, de gimnasios, pabellones, etc.

En un momento en el que el fenómeno de la despoblación está tan en boga, ¿qué importancia tiene la labor de la escuela rural?

Es fundamental. Si se cierra una escuela, se cierra un pueblo. La escuela rural es una garantía de estabilidad de población y por eso hay que cuidarla, apoyarla y darla todos los recursos. En este aspecto, estamos teniendo un problema porque muchos de los profesores que van a esos pequeños pueblos, sobre todo de Guadalajara y Cuenca, donde sólo hay un aula o dos, son profesores itinerantes y están sufriendo recortes día a día. La gasolina se la están pagando al mismo precio que en 2002, cuando el precio del combustible ha subido muchísimo.

¿Para mejorar la escuela pública hay que acabar con la concertada?

No tiene por qué. En Guadalajara, todos los sindicatos que formamos parte de la Junta de Personal hicimos una propuesta a la Delegación y a la Consejería para que, primero, se llenara la escuela pública y una vez que estuviese llena, se concertara. Pero ahora mismo, el proceso es a la inversa:primero se concierta y luego se van los alumnos a la escuela pública. El procedimiento debe cambiar. Hay colegios e institutos en Guadalajara con poco alumnado que podrían recoger a otros que ahora mismo van a la concertada.