El reloj del pueblo de Ocaña casi olvidado

J. M.
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El Ayuntamiento de Ocaña exhibe el mecanismo donado por una familia en 1961 tras satisfacer una deuda de 10.000 euros con un relojero que se hizo cargo del ingenio en 2007

El reloj del pueblo de ocaña casi olvidado

El compositor mexicano Roberto Cantoral firmó en 1956 el bolero ‘El reloj’, cuya letra se ha transmitido entre generaciones encabezada por el verso ‘No marques las horas’. Probablemente, el autor de esta canción romántica hubiera pensado en un ingenio como el que donaron el doctor Desiderio Manzanares y su esposa a sus vecinos de Ocaña en 1961. Pero la peripecia de los últimos años de este mecanismo desluce la ternura de esta herencia ocañense. Ahora sí, desde este mes de julio, el regalo de una hermosa factura con un juego de pesas luce en el vestíbulo de la primera planta del Ayuntamiento.

El doctor Desiderio Manzanares donó en vida el reloj, y vivo sigue el médico en la memoria de los vecinos de Ocaña. El mecanismo figura en el inventario del Ayuntamiento, pero durante 13 años permaneció en el almacén de un taller relojero de Santa Cruz de la Zarza. Allí, fue llevado para la reparación en el año 2007, coinciendo con la reforma del Ayuntamiento, que se prolongó durante ocho años. Sin embargo, el Consistorio no satisfizo la deuda de 10.000 euros con el artesano hasta el pasado mes de junio.

Así lo explicó a este diario el portavoz del equipo de Gobierno y segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ocaña, Juan José Rodríguez, quien criticó que la anterior alcaldesa, Remedios Gordo, dejara sin pagar la factura y no recuperara el mecanismo, que lució y guió la vida de los ocañenses en la plaza Mayor desde 1961 a 2007. «No sé por qué motivo. No sabemos por qué se negaba a traer algo que está en el inventario del Ayuntamiento», apunta.

Los relojes municipales constituyen auténticos emblemas en algunos municipios de la provincia, como ocurre en Camuñas, donde un vecino da cuerda diariamente a un mecanismo secular con el sello de Antonio Canseco, quien abasteció entre finales del siglo XIX y principios del XX a más de 40 poblaciones de la provincia. El prestigio de Antonio Canseco movió al Ayuntamiento de Los Yébenes a exhibir en el Centro Social desde finales de 2019 la maquinaria original del que dio servicio al pueblo, tal y como ha hecho ahora el Ayuntamiento de Ocaña. Y Santa Olalla rescató recientemente el suyo para hacer lo propio.

Otra de las joyas de los relojes de la provincia se encuentra, precisamente, en Santa Cruz de la Zarza. Atribuyen el origen del reloj hacia el año 1650 y se localizaba en la torre de la iglesia de Santiago, ubicada a unos pasos del edificio consistorial, donde da las campanadas desde hace más de un siglo.

El mecanismo de Ocaña fue fabricado en la empresa de Tortosa (Tarragona) Manufacturas Blasco de Relojes Públicos y requería que los trabajadores municipales subieran periódicamente para dar cuerda al ingenio y que siguiera en funcionamiento.

Las obras de remodelación del Ayuntamiento de Ocaña incluyó la colocación de un reloj automático en la torre del edificio, el cual orienta a los vecinos desde hace ya unos años. De hecho, el equipo de Gobierno encargó recientemente la realización de labores de pintura y de iluminación en esta parte del inmueble público.

El reloj del Ayuntamiento de Ocaña donado por el médico Desiderio Manzanares y su esposa, tal y como recuerda una pequeña placa adherida con el lema ‘Regalaron este reloj al pueblo de Ocaña el matrimonio Manzanares-Mata. 1961’, funciona ahora mismo de cara a la galería, tras una vitrina del vestíbulo del edificio público. Pero su diseño genuino atrapará la atención del visitante y seguirá marcando la hora. Y recordando a los humanos que la vida pasa.