El informe realizado por el Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, del que tomará mañana conocimiento la Junta de Gobierno Local, avala la denuncia hecha por el Grupo Municipal Socialista respecto al expediente del contrato para el suministro de cloro a las piscinas municipales y pide que se incaute la garantía de la empresa propiedad de la familia del viceportavoz Santiago Serrano, así como que se indemnice al Ayuntamiento por los daños y perjuicios sufridos al haber tenido que comprar los productos a un precio superior al que figuraba en el contrato.
Así lo ha explicado hoy el portavoz socialista, José Gutiérrez, tras tener acceso a dicho documento, «que viene a poner orden en un tema que no es sólo administrativo, sino también político, y que de no ser por la denuncia hecha por el PSOE hubiera continuado».
Para Gutiérrez, en este caso se pone de manifiesto «la prepotencia y la chulería del Gobierno Ramos, cada vez más oscuro y menos transparente». En este sentido, el portavoz ha insistido en que desde el PSOE llevan «dos semanas esperando que nos entreguen el acta de la Comisión, que tiene que firmar precisamente Santiago Serrano, que fue quien la presidió, aunque vamos a pedir su recusación, porque no puede ser juez y parte».
Facturas. Por otro lado, el portavoz socialista ha denunciado que tampoco se han entregado las facturas, que desde el PSOE han solicitado «hasta en cinco ocasiones, la primera el 7 de diciembre, y que están a un solo clic de ordenador» y ha planteado que la única justificación para no dárselas es «la falta absoluta de transparencia que está caracterizando a este Gobierno, y que se traduce también en la negativa a realizar una auditoría interna».
También en relación a facturas, el portavoz del PSOE ha afirmado que el Gobierno Ramos «miente cuando habla de que se pagan de inmediato, porque de diez días, nada, y de trece, como dijo el concejal de Economía, tampoco». Gutiérrez ha mostrado varias relaciones de pagos en las que se ve cómo desde que se hace el apunte contable de una factura, hasta el momento del cobro, «pueden pasar perfectamente tres o cuatro meses, y no hablamos de cantidades desorbitadas, o de facturas especiales, sino de proveedores normales y corrientes».