El cementerio municipal dispone de pocas sepulturas de suelo a pesar de la ampliación que se realizó hace unos años, un problema que no está pasando desapercibido en el Ayuntamiento de Toledo. En este caso, la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, asegura que el servicio de Patrimonio lleva meses trabajando sobre la posibilidad de disponer de más tumbas contando con las que llevan abandonadas «ochenta o cien años». Para ello, se están analizando cuántas se encuentran en ese estado, ya que puede haber entre 100 y 200, y los funcionarios se pondrán en contacto con los familiares para saber si quieren conservar y renovar el alquiler, ya que es la fórmula que se aplica durante 75 años en estos casos, o no, con lo que habría posibilidades de rescatar algunas para volverlas a poner en servicio.

Si bien, Tolón subraya que se trata «de un tema muy delicado», con lo que el Ayuntamiento no dará ningún paso en este sentido hasta que no se haya localizado a los familiares y expresen lo que quieren hacer con las sepulturas.

De momento, Tolón no va más allá ni aclara si se planteará una futura ampliación del camposanto para evitar que se quede sin sepulturas de suelo. Lo único que apunta es que la pandemia «disparó la venta de tumbas» por la mortalidad que ha producido el coronavirus en todos estos meses, pero lo cierto es que las sepulturas de suelo no son tan reclamadas como los nichos. Además, también hay que tener en cuenta el aumento de las incineraciones, una práctica que poco a poco también va ganando terreno en la ciudad y es clave para realizar futuras previsiones en relación a los enterramientos.

Por tanto, el Ayuntamiento se ha centrado en estos momentos en ganar tumbas de suelo mediante el reaprovechamiento de las que están abandonadas si es posible, pero a medio plazo el cementerio necesita una reforma interna para aprovechar los espacios y una ampliación para cubrir la demanda de la ciudad, puesto que actualmente no hay más de una veintena de sepulturas de suelo disponibles y en poco más de un año la situación obligará a tomar decisiones. Sin embargo, la ampliación del camposanto puede no estar exenta de dificultades urbanísticas por falta de un Plan de Ordenación Municipal, ya que los tribunales lo anularon y Toledo se maneja con las normas urbanísticas de 1986 en las que no se contempla ninguna ampliación de estas instalaciones, lo que complicaría la ejecución de esta obra.