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ElConsorcio de la Ciudad de Toledo fue el punto de encuentro entre el propietario del edificio y los responsables de la actuación. «Había que intervenir en un edificio con elementos patrimoniales de interés y cuyo dueño no tenía recursos suficientes como para enfrentarse a una rehabilitación que hace cinco años no habría bajado del millón y medio», explica el gerente de esta institución, Manuel Santolaya. «La solución fue plantear unos costes reducidos, que no superasen el medio millón de euros, y que la obra pudiera realizarse por fases. Además, negociamos con el propietario la devolución de una cantidad importante una vez se pongan en valor los seis apartamentos en que está dividido el edificio y el aprovechamiento del patio para actividades delConsorcio, como por ejemplo exposiciones».

En el terreno de la restauración, continúa Santolaya, el organismo optó por «una recuperación poco convencional, que se limitase a atajar el estado de ruina en que se encontraba el edificio pero sin ir más allá». Ni siquiera han sido restaurados los alfarjes pintados, sino que han sido sometidos a una ligera limpieza. «Lo prioritario era conseguir que el edificio se mantuviera, algo que se ha conseguido. En definitiva, ha sido una intervención respetuosa con el patrimonio, ha contribuido a la puesta en valor del edificio de un particular y no solamente no ha salido cara, sino que tendrá beneficios para esta ciudad».