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El director de la Escuela de Arquitectura de Castilla-La Mancha, Juan Mera, apreció como «un milagro» que un centro tan joven «esté representado en el escaparate de arquitecturas más importante del mundo». Se trata de la primera vez que una escuela de arquitectura acude a la Bienal de Venecia, por lo que la satisfacción de quienes trabajan en el centro es doble. «Lógicamente, no todos los profesores ni todos los alumnos han participado por igual en el proyecto, pero quienes han sido sus principales responsables han hecho su trabajo con idea de conjunto». Esto es muy significativo, prosigue el director de la Escuela, pues «contribuye a cambiar la idea del arquitecto egoísta que tanto se ha relacionado siempre con las escuelas».

Destaca, por otra parte, que la Bienal de 2016 apueste por el siglo XXI «sin necesidad de acudir a arquitectos estrella que trabajen caro»; por el contrario, la edición a la que acudirá el proyecto toledano «habla de recuperar arquitecturas desde la sostenibilidad y la economía».

Otro de los puntales del proyecto, prosigue Mera, «es la idea de Toledo como protagonista, una ciudad sin la que nuestra escuela no sería nada». El responsable del centro destaca que esta relación será más profunda en el futuro con la creación y desarrollo de un Centro de Investigación de Arquitectura (que será conocido como ZIAT) que funcione como «laboratorio de análisis de la ciudad» y permita mantener a los alumnos conectados con la escuela más allá de su graduación.