Triunfó la solidaridad

Dominguín
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Entretenido festival taurino donde se cortaron 7 orejas por los matadores actuantes a un buen encierro de la ganadería de Alcurrucén. Gran entrada en los tendidos que seguro han contribuido al fin que se perseguía a favor de Cartitas

El gran momento de Cristian Escribano lo demostroó en el festival de Caritas. - Foto: Dominguín

El domingo el coso de Mendigorría, volvía a abrir sus puertas por segunda vez este año para presenciar un festejo taurino. Se trataba de un festival a beneficio de Caritas Diocesana de Toledo, que se había suspendido en dos ocasiones anteriores. Esta vez se pudo celebrar y por cierto con gran ambiente y gente en los tendidos de la plaza, que ocuparon casi la mitad de su aforo permitido.

Para lo que sirvió principalmente el evento taurino del domingo, fue para crear afición. Una tarde donde los toreros estuvieron entregados en todo momento, los novillos de la ganadería toledana de Alcurrucén destacaron por su buen juego, a excepción del sexto, y las faenas y éxitos contribuyeron a dar una imagen magnifica de lo que debe ser un festejo taurino.

Era la vez número 35, que Eugenio de Mora cruzaba la arena toledana desde el portón de cuadrillas y lo hacía con felicidad y ganas. La que se vieron nada más abrirse de capa por verónicas rematando con un lance a una mano que hizo romper en aplausos al respetable. Estatuarios por ambos pitones para comenzar la faena fundamental, que le sirvieron para comprobar la nobleza de novillo colorado. Le dio distancias y llevo largo a su oponente, para que se confiara en sus embestidas por ambos pitones, rematando las tandas con interminables pases de pecho. Buen torero de mano baja y profundidad que fue rubricado por bajo, preludio de la gran estocada que recetó el moracho. Un golpe de verduguillo le sirvió para atronar al astado, siéndole concedidas las dos orejas de su oponente.

Los seis actuantes del festival antes de hacer el paseíllo.Los seis actuantes del festival antes de hacer el paseíllo. - Foto: DominguínPor verónicas acompasadas, al ralentí y encajadas recibió Esaú Fernández al chorreado de Alcurrucén, un preludio largo y de gusto, que luego continuó en el quite tras un gran puyazo. Al novillo lo siguió toreando de capa, esta vez más templado y llevando la embestida al vuelo de las telas, por bajo y con enjundia.  Tras bridar su faena a Teo, mayoral de Alcurrucén, cito al novillo de lejos probando su gran calidad por ambos pitones, Entonces salió el sol y a su vez Esaú comenzó a brillar en su toreo de quilates, de poder, de clase y torería. El recorrido del animal por ambos pitones, lo supo ver enseguida el torero que, al son del pasodoble, enhebró tandas de derechazos y naturales muy jadeadas desde los tendidos. Alguna voz desde la grada llegó a pedir el indulto de la res, caso anecdótico, tras lo cual se tiró a matar acertando al segundo intento con la espada, cayendo ligeramente caída. Se le concedió desde el palco una oreja que el toreo paseó orgulloso.

El precioso novillo que hizo tercero, le permitió a Saúl Jiménez Fortes recibirlo con suavidad con el capote, por ambos pitones y llevándolo embebido en las telas, rematándolo con dos medias verónicas, una de ellas “abelmontada”. Se le notó al malagueño las ganas en el festival, pues otra vez deleitó al respetable con un tremendo quite tras el encuentro con el picador. Con la muleta hizo el toreo puro y de verdad, poniéndose de frente y por derecho, queriendo dar la verdad siempre con verticalidad y largo trazo. Se volvió a nublar la tarde y el arcoíris planeó sobre los tejados del coso de Mendigorría, dejando preciosos pasajes del torero por naturales. Pudo con el astado, y dejó patente el valor en las benardinas ajustadísimas. Falló con los aceros lo que hizo enfriarse al público, quedando en una cariñosa ovación su actuación.

Se fue a la puerta de chiqueros Cristian Escribano, y se plantó de rodillas para recibir a porta gayola más allá de la segunda raya al cuajado novillo, y allí tuvo que esperar que tras salir del oscuro chiquero, pasase cerca de la hombrera derecha del esquiviano. Tras este momento de emoción meció el capote por delantales con suavidad, rematando el recibo con una media verónica, una tijerina y una larga cordobesa. Se sacó con pasmoso valor y clavado en la arena, al animal al centro del ruedo para comenzar su importante actuación en Toledo. Con el mentón apoyado en el pecho, y encajado citó confiado al utrero que siguió las telas rojas templadas con la diestra. Cuajado el torero y de cuajo importante la faena que subió enteros cuando cambió a la mano de los billetes. Por naturales supo exprimir la calidad del astado que se desplazaba más allá de donde le ordenaba el matador. Algo muy destacable fueron los remates de las tandas tanto por bajo, como los espléndidos pases de pecho vaciando al toro de pitón a rabo. Susto y revolcón casi al final de la faena, tras lo cual refrendó Cristian con los mejores naturales de la tarde, encajados y por debajo de la pala del pitón. Una oreja consiguió por no haber acertado a la primera con la tizona.

Otro gran recibo capotero el de Colombo al quito, echando la ‘pata pa alante’ en las verónicas de apertura y delantales ajustadísimos. Llevó al novillo al caballo por chicuelinas al paso, y tras su encuentro le hizo un quite por chicuelinas sin moverse, tafalleras que enloquecieron los tendidos. Con los garapullos fue todo un ciclón y dejó tres pares de categoría en todo lo alto. Tras brindar su astado a Álvaro Gutiérrez, presidente de la Diputación, presente en un burladero del callejón, comenzó de rodillas su trastejo, por alto y por derechazos, aguantando la seria y brava embestida del burel. Muy poderoso por ambos pitones, ante un astado que quería comerse por bajo las telas del venezolano. Final vibrante y de emoción, con un primer intento de atronar al novillo a cuerpo limpio sin muleta, tras lo cual, ya con la defensa en la mano izquierda enterró el acero hasta los gavilanes. Dos orejas premio más que justo por su actuación en Toledo.

Cerraba el cartel la novillera de Toledo Estrella Magán, que tuvo la maña fortuna de sortear el peor astado del festejo. Pero estrella quiso agradar desde que se abrió de capa y lancear con mimo al colorado, que salía suelto de los engaños, aunque supo enjaezar lances de mérito y un remate muy garboso.  Brindó a todos sus compañeros de cartel, yéndose a las querencias del eral a torearlo con poder con la mano derecha. La irregularidad de su oponente, le hizo a Estrella coger la zurda y probar suerte toreando al natural, sin enmendarse y sacando muletazos sueltos y de gusto. Tras acabar con el novillo, la presidencia le concedió una oreja.