Vox llama en Toledo a «hacer a España grande otra vez»

Álvaro de la Paz
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El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha ofrecido un pequeño mitin previo para las personas que no han podido acceder al auditorio del Hotel Beatriz de Toledo

Santiago Abascal: "Vox es un partido de extrema necesidad"

El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha ofrecido un pequeño mitin previo para las personas que no han podido acceder al auditorio del Hotel Beatriz de Toledo para participar en el acto convocado a las 19,30 horas por el partido. En este encuentro inicial, donde se han podido ver banderas de España y numeroso público, Abascal ha señalado que "Vox es un partido de extrema necesidad" y ha añadido que no les mueve "el odio" sino "los valores que hemos aprendido en casa". Asimismo, instó a Pedro Sánchez a convocar elecciones con urgencias y ha ironizado con los resultados del CIS de esta mañana. "Si al PSOE le dan el 29% de los votos y a Vox el 6 por ciento, que convoque elecciones ya", ha sentenciado en referencia al presidente del Gobierno.

Abascal, apeló al «sentido común» de sus simpatizantes en Toledo y les animó a «hacer a España grande otra vez». Una multitud colapsó el salón del Hotel Beatriz en el que el renacido partido político expuso las líneas generales de su proyecto. Más de un millar de personas desbordaron el anfiteatro desde el que el presidente se dirigió a sus fieles y varios centenares más se quedaron en los aledaños ante la imposibilidad de acceder.

Abascal se dirigió primero a los que se quedaron sin sitio. El preludio del acto formal lo protagonizaron el presidente del partido y un megáfono desde el que se dirigió a quienes lo jaleaban. El número  uno de Vox se felicitó por el masivo recibimiento de ciudadanos llegados hasta Toledo «no autobús ni por el bocadillo». Durante su breve arenga, Abascal se refirió a la última encuesta de intención de voto publicada por el CIS y calificó al instituto de «bolivariano». Arropado por cientos de fieles y un buen número de banderas nacionales, el líder de Vox clamó contra la «estigmatización y la demonización» que persiguen a sus propuestas. Frente a quienes lo acusan de extrema derecha, apuntó a «la extrema necesidad para España» de contar con un movimiento como el que dirige.

 «Esta sala está llena de amor a España y de hartazgo por la corrección política», comenzó Abascal dentro del hotel. La clase política y los medios de comunicación fueron la diana recurrente de sus mensajes. A ellos les imputó parte del mérito en la eclosión de su formación. «Nos decían cómo teníamos que vivir y sentir», añadió. El ponente puso a los medios como responsables de las amenazas que miembros de Vox están padeciendo en algunos de sus mítines más recientes y les acusó «de estar llevando el odio» hacia ellos. A esos «militantes valientes» les agradeció su presencia en todo el territorio español y les conminó a no seguir una estrategia, la de la prensa, «que no funciona».

El presidente de la formación auguró un recorrido más largo para Vox, mientras reclamaba el carácter instrumental del partido. «Millones de españoles nos han detectado», indicó. Durante su intervención, Abascal aplaudió a su senador electo por Andalucía, José Francisco Alcaraz, por haber estado siempre al «servicio de la libertad, la familia y la patria». El expresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo participó del mitin y exigió conocer las actas de la negociación con ETA.

«Este acto ya es un pedacito de historia», proclamó ante un público enfervorizado que agitaba banderas de España con cada punto final del discurso. El político vasco se felicitó por «haber dado voz a muchos españoles que no la tenían» y fijó como objetivo prioritario para su marca en el ámbito de la nación cambiar al actual Gobierno. «Nadie podía imaginar que Vox espantaría al socialismo corrupto de Andalucía y ese resultado anticipa lo que lograremos en España», explicó.

La próxima meta del partido extremista de derechas pasa por «echar al Frente Popular del Gobierno de España» y tratar de liderar un Ejecutivo o de influir en él.

Frente a la etiqueta de extrema derecha, Abascal reivindicó una forma de patriotismo español basado en buena parte de los mitos históricos y su interpretación épica y triunfal. «Estamos hartos de que nos hablen mal de nuestro país y de nuestros padres y abuelos».

Desde Vox lamentaron «el cordón sanitario» lanzado desde «La Moncloa y el Palacio del Elíseo» francés al que les han sometido fuerzas de izquierda, pero también Cs y el PP. «Nosotros no somos como ellos, no ponemos en la misma balanza a Otegi y a Ortega Lara».

A los progresistas les tildó de «cosmopaletos» y apuntó al expresidente Zapatero como «padre político» de Pablo Iglesias.

«Inconstitucionales es lo menos grave que nos han llamado», arguyó Abascal. Vox remarcó su anhelo de dotarse de un estado unitario a través de la reforma constitucional, de bajar los impuestos, garantizar la educación en español, investigar el 11M, permitir la defensa personal dentro de los hogares, endurecer las fronteras y equiparar el salario de policías y guardias civiles.  

«El problema no es Vox, es el Frente Popular y un Gobierno mentiroso y peligroso. No van a poder contenernos», concluyó.