Después de 17 años en Toledo, el centro comercial Eroski cierra mañana definitivamente sus instalaciones en Luz del Tajo y el jueves está previsto que ya no quede ningún trabajador en sus instalaciones. Aunque la empresa respeta el sábado como fecha para el despido, ha dado vacaciones a la plantilla, que ya no tendrá que volver a sus puestos.
Así lo ha adelantado Maribel Arias, coordinadora de la Federación de Servicios de CCOO en la provincia de Toledo, quien valora todo este proceso desde un punto de vista negativo, por la pérdida de puestos de trabajo, y porque se desconoce qué va a pasar ahora con todo ese espacio, o si se va a dividir «y dudo mucho que esos trabajadores vaya a recuperar el empleo y dudo mucho que se dé empleo a ese número de trabajadores allí, sea lo que sea». Desde el punto de vista indemnizatorio, «se mejoran bastante las condiciones que dice la ley». Se respeta el acuerdo que en su día se llegó en Albacete. La empresa ofreció traslados, pero a la postre ningún trabajador lo ha aceptado, todos han optado por la indemnización.
Al final, tras el ERE de causa mayor planteado por la empresa, toda la plantilla, unos 69 trabajadores, tendrán la misma indemnización, unos treinta días por año trabajado, con un máximo de 18 anualidades. Se hace el acuerdo extensivo a los 49 socios cooperativistas, a los que en principio no afectaba el Estatuto de los Trabajadores.
Durante este proceso, apunta Arias, al sindicato le hubiera gustado mantener ua reunión con Gerencia, para ver qué piensa hacer con ese local. Pidió al Ayuntamiento que intercediera para buscar este encuentro, pero este en definitiva no ha tenido éxito, «ya nos lo imaginábamos, CCOO no es muy bienvenida con la gerencia de este centro comercial».
Tampoco fue una sorpresa el anuncio del cierre por parte de Eroski el pasado mes de marzo del que ya era su único supermercado en la región. El cierre ya se había barajado hace algunos años ya que Eroski tomó en su día la decisión de «desmantelar» sus centros en varias zonas de España, algunos de los cuales se vendieron a Carrefour. En Castilla-La Mancha sólo quedaron tres: Albacete, que cerró hace dos años; Guadalajara, que también cerró y ahora le ha tocado el turno al de Toledo.