Asociaciones, por una actuación integral en vivienda social

J. Monroy
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El Tajo, Intermediación y Athena recuerdan a la Junta que en breve crecerán los problemas y plantean que en septiembre comience un trabajo que ya ha dado soluciones en otras ciudades

Vista de la promoción de vivienda pública conocida como El Parchís. - Foto: Yolanda Lancha

La Asociación de Vecinos El Tajo quiere plantear por escrito a la Junta una solución integral para todas las viviendas sociales que existen en el barrio del Polígono, una solución que tiene que afectar, en primer lugar, a las 148 viviendas de la calle Río Tiétar, que es donde más está trabajando la entidad en estos momentos. La problemática de todas las promociones sociales, explica Orlando Lumbreras, es parecida y El Tajo, junto a otras entidades, quiere verse con los dueños, para hacer en septiembre un planteamiento de soluciones en positivo. Hay varias promociones en el barrio donde tanto los precios, como la deuda, parecen excesivas. La vivienda social en general y en Río Yedra en particular, por lo tanto, «se tiene que empezar a replantear». Dado que se van a recrudecer los problemas y que a nivel local parece que todas las partes están unidas, El Tajo plantea que en septiembre comiencen los trabajos.

Las promociones de Río Yedra o la conocida como ‘El Parchís’, apunta Lumbreras, necesitan actuaciones concretas para buscar soluciones y que la cosa no vaya a peor. «Esto ya está inventado, ya sabemos cómo se hace y los instrumentos necesarios, pero hay que afrontarlo».

El problema, explica Lumbreras, quizás a veces no sea tanto de recursos, como de voluntad real de solucionar el problema. Hace poco, la Junta contrató tres meses a dos ONG para un estudio en Río Yedra, que llegaron a la conclusión de que los precios en Río Yedra están muy altos, no coincide la tipología de vivienda con la de inquilinos, con viviendas sociales de alquiler que a veces pagan más que en el mercado libre. De forma que «realmente, lo que tenemos que hacer es replanearnos las cosas desde el principio, buscando soluciones», apunta Lumbreras convencido de que, si no, todo va a ir a peor en cuestiones como deuda, infraestructuras o convivencia. Y puede acabar todo como en ‘la ele’. Seguramente, sean más baratas las soluciones, y «lo que no puede haber es viviendas vacías».

Unas soluciones que pasan, a tenor de experiencias en situaciones similares por un planteamiento integral para todas las viviendas, con trabajo social, gestión y un equipo. Se ha de estudiar dónde está el problema para evitar que avance el proceso de deterioro, que nadie quiera vivir realmente en estas viviendas. «Si realmente se quiere arreglar, hay que poner recursos. Hay que hacer un trabajo que se ha hecho parcialmente, aunque se ha abandonado, de ve qué problemas hay, dónde están, precios, vecindario y cómo está la deuda; plantear la gestión; plantear el trabajo social a medio plazo; y empezar a dignificar el sitio», apunta Lumbreras, convencido de que sí hay viviendas abandonadas, «pero si se deja todo más, se abandonan más».

Lo que no puede ser, apunta el portavoz vecinal, es ir mandando una ONG cada dos meses a hacer estudios que nunca salen. Al final, lo que aparecen son los problemas. Hace falta, por lo tanto, una línea de trabajo, evidentemente, con recursos y la cooperación de todas las partes en un mismo ámbito de trabajo. Porque es cierto que en el Polígono hay problemas grandes, pero que no son comparables con los que ha habido en ciudades como Bilbao o Zaragoza. Allí, «el problema se a afrontado, y si no se afronta, va a peor».

Antecedentes. En diciembre de 2018, el director general de Vivienda y Urbanismo, José Antonio Carrillo, acudió a la Asociación para pedir que echara una mano en la situación de las 148 viviendas de Gicamán en Río Yedra y en general en las en torno a 600 viviendas sociales que hay en el Polígono. La idea, con la mente puesta en experiencias fallidas como ‘la ele’, era construir entre todos y que estos nuevos procesos no tengan finales similares.

En respuesta a aquella petición, El Tajo desarrolló cinco o seis asambleas en Río Yedra y una encuesta con los vecinos de la urbanización. También propició un cambio en la gestora de las viviendas. A pesar de ello, hasta el momento, tan solo ha conseguido arreglar una puerta y un par de ascensores, reconoce Lumbreras. Además, mientras tanto se han hecho dos o tres estudios y han pasado por allí varias asociaciones. A juicio del portavoz de la Asociación, el problema puede estar en que, a pesar de todo lo que diga la Junta, «la voluntad es no hacer, y así se van pudriendo las cosas».

De forma que la Asociación de Vecinos, Intermediacción, Athena y los vecinos (es un grupo al que quieren sumar otras instancias, como el Ayuntamiento)están tratando de hablar con la Dirección General de Vivienda y el Consejo de Participación para trabajar en las soluciones de esta comunidad y otras similares, sin entrar en si los residentes tienen contratos o son ocupas. La idea, apunta Lumbreras, no es recriminar a nadie lo que se haya podido hacer mal, sino crear un marco en el que comenzar a trabajar.

Estrategias. Dentro de las estrategias generales, hay que ver dónde se construye vivienda social en Toledo. La Asociación pone sobre la mesa que tener en cuenta que, salvo alguna vivienda municipal, la mayoría la ha hecho Gicamán en el Polígono, que es donde hay suelo. La idea vecinal es que no se haga solo en un barrio, porque así se generan muchos problemas.