La secretaria de Política Institucional y Salud Laboral de CCOO en Castilla-La Mancha, Raquel Payo, que de momento desconoce las causas de este accidente mortal de una trabajadora precisamente afiliada a este sindicato, acusó a los empresarios de una «relajación» en materia de vigilancia y control de las medidas preventivas de seguridad y salud laboral. «Es una vergüenza que se vayan a ganar el pan y pierdan la vida en el tajo», recriminaba duramente.

Payo apuntó que en una región y en una provincia en la que existen tantas pyme y micropyme se hace más necesario la intervención de la administración pública, a la que reclama «mano dura», con más inspecciones y más personal para la Inspección de Trabajo.

A los empresarios les pide un «mayor compromiso» y que sean conscientes de que la Ley les hace últimos responsables de la seguridad de sus trabajadores.

Raquel Payo lamentaba que Castilla-La Mancha esté a la cabeza del ránking nacional en siniestralidad laboral.  

Solo en el primer trimestres del año, cifran desde Comisiones, se produjeron tres accidentes mortales en la provincia de Toledo (último dato facilitado por la comisión provincial de Salud y Seguridad, pendiente de reunirse para analizar los datos del segundo trimestre). A estos tres fallecidos hay que añadir al menos otros tres hasta el día de hoy; dos registrados el mismo día, el pasado 26 de julio, en Toledo ciudad y en Alameda de la Sagra; y el de ayer tarde en Noblejas. 

En Castilla-La Mancha, de enero a mayo se registraron 9.830 accidentes de trabajo, 226 más que en el mismo periodo del año anterior. De ellos, nueve fueron mortales, 68 graves y 9.753 leves.

Y es que, acusa Payo al sector empresarial  de cumplir ‘formalmente’ pero «no en la realidad» la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. «Tienen un montón de documentos que les elaboran una entidad externa pero que no se plasman en medidas reales», reprocha.

Además, denuncia la representante de CCOO, que también están detectando con frecuencia que el registro de accidentes se desvirtua. Y es que, afirma Payo, se registran muchos accidentes leves pero pocos graves y «los mortales porque no se pueden esconder». Y ejemplifica con indignación Payo que las amputaciones de extremidades se están registrando como leves.