Las municipales ponen a prueba a un debilitado Macron

Agencias
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El gran rechazo a la reforma de las pensiones y la previsible abstención por el temor al coronavirus hacen prever un fracaso del bloque del presidente

Las municipales ponen a prueba a un debilitado Macron - Foto: Henri Szwarc

La crisis por el coronavirus no supondrá un problema para que mañana se celebre la primera vuelta de las elecciones municipales en Francia, una cita en la que el Gobierno de Emmanuel Macron se someterá a su primer examen tras el rechazo social a la reforma de las pensiones del Ejecutivo, que durante meses ha llevado a miles de personas a protestar en las calles de todo el país.

Macron anunció el pasado jueves varias medidas ante a pandemia -como el cierre de colegios y universidades-, pero entre ellas no se encontraba la suspensión de estos comicios, que, sin embargo, podrían contar con una importante tasa de abstención por el miedo al contagio de los ciudadanos.

El partido del presidente, La República En Marcha, afronta la cita consciente de que firmará un mal resultado. Sin embargo, al tratarse de una formación nueva que no cuenta con alcaldes ni concejales -concurrió por primera vez en las elecciones que en 2017 llevaron a Macron al Elíseo-, cualquier dato podrá ser analizado como un triunfo, alegando que ha aumentado más que nadie su poder en los Consistorios.

Todos los sondeos coinciden en que el bloque liberal saldrá mal parado, principalmente por la previsible falta de afluencia, pero también condicionado por las continuas protestas en las calles de los últimos meses -los chalecos amarillos precedieron las multitudinarias huelgas celebradas desde diciembre pasado-. No en vano, las municipales están consideradas como un examen de medio mandato de los presidentes galos.

Las encuestas también son unánimes a la hora de indicar que el bipartidismo volverá a Francia después de la inédita situación vivida en las presidenciales de 2017, donde ni los conservadores Los Republicanos ni el Partido Socialista lograron pasar a la segunda ronda. Para estas elecciones, se estima que los dos grandes partidos retomarán la tradición política.

Tampoco se espera que la ultraderecha de Marine Le Pen firme un buen resultado en esta cita, a pesar de haber sido la formación más respaldada en las últimas elecciones registradas en Francia, las europeas del pasado mayo, donde se impuso al resto de sus rivales.

cambio total. Mucho ha cambiado la escena desde las últimas municipales de 2014, en las que la victoria mayoritaria de la derecha relegó al Partido Socialista a un segundo puesto. La eclosión del partido de Macron en 2017 debilitó tanto a esas agrupaciones que no han logrado retomar el vuelo tres años después. Ahora, será el presidente quien ponga a prueba la implantación de su formación en el resto del territorio. 

El propio Macron lleva meses repitiendo que no hará una lectura política de estas elecciones. «No sacaré de manera automática consecuencias nacionales», apuntó en enero. Tampoco ha participado en actos de campaña. A pesar de ello, el expresidente Nicolas Sarkozy augura que «Macron va qa conocer su primera derrota electoral». Mañana será su primera prueba. La segunda, el próximo día 22.