Las crisis que han debilitado a Podemos

Redacción
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Las diferencias entre la dirección regional del partido y el portavoz parlamentario, David Llorente, han acabado por dividir al partido, que deberá armarse para llegar con fuerza a las elecciones autonómicas.

El portavoz de Podemos en las Cortes, David Llorente (i), junto a María Díaz y José García Molina. - Foto: Ví­ctor Ballesteros

El 18 de junio de 2015 tomaban posesión de sus escaños los dos diputados regionales de Podemos, José García Molina yDavid Llorente. Era la primera vez que la formación morada se presentaba a unas elecciones autonómicas, logrando dos butacas de vital importancia para que el socialista Emiliano García-Page formara gobierno y desbancara al Partido Popular de Cospedal. La imagen de entonces nada tiene que ver con la que arroja ahora Podemos Castilla-La Mancha, con el grupo parlamentario (encabezado en estos momentos por María Díaz tras el nombramiento de García Molina como vicepresidente segundo del Gobierno) totalmente roto. 

Pero como cualquier divorcio las desavenencias no nacen y se enquistan de un día para otro. La convivencia entre el anticapitalista David Llorente -que ya ha anunciado que deja la primera línea política en cuanto se suspenda la actividad parlamentaria en abril- y la dirección de Podemos Castilla-La Mancha siempre ha sido tensa. Y Llorente no lo ha ocultado nunca. En estos casi cuatro años han sido numerosas sus ruedas de prensa y manifestaciones en las redes sociales para hacer pública su discrepancia con la dirección de su partido.

Las malas relaciones existentes desde el minuto uno se hicieron patentes cuando Podemos terminó rechazando en abril de 2016 los primeros presupuestos que presentaba el Gobierno castellano-manchego. Meses antes, la formación morada rompía el Acuerdo de Investidura que tenía firmado ante notario con García-Page, aunque en este caso todo Podemos compartía que se liquidara este documento por los incumplimientos sostenidos del jefe del Ejecutivo, justificaron. 

Lo dicho, el primer desacuerdo publicado en los medios fue, por tanto, los presupuestos de 2016. Llorente dijo entonces que se enteró media hora antes de concluir el debate el sentido del voto de su partido.

Posteriormente vinieron desencuentros con la reelección del actual secretario regional de Podemos, josé García Molina, la entrada del partido en la Junta, la denuncia ya comentada al supuesto trato machista de Llorente, las primarias nuevamente pero, en este caso, para elegir al cabeza de lista para las autonómicas y, por último, la decisión de Llorente de ausentarse de las últimas votaciones parlamentarias que le han llevado a ser expedientado. Su futuro está ahora en manos de los órganos del partido. Lo que está claro es que todas estas crisis han terminado por debilitar a Podemos que debe rearmarse antes de mayo.

 

PP y Podemos se unen contra los presupuestos de García-Page

El divorcio entre García Molina y García-Page se terminó de escenificar el 7 de abril de 2016 con el voto en contra por sorpresa a los presupuestos planteado por el Ejecutivo. Los socialistas no esperaban este voto en contra por parte de la formación de Pablo Iglesias. Más cuando en enero de este mismo curso, Podemos y PSOE llegaron a un acuerdo por el cual el partido morado aprobaría las cuentas. Este también fue uno de los ejemplos más notorios del ‘vacío’ al diputado díscolo, David Llorente, que, como confesó entonces, se enteró de la decisión del partido apenas unas horas antes de la votación. Y eso que fue él el que se cargó a las espaldas las maratonianas comisiones.

 

Las primarias para dirigir Podemos

A finales de abril de 2017, el portavoz de Podemos en las Cortes, el anticapitalista David Llorente, confirmaba su candidatura para liderar el partido en la región. Con este paso dejaba claro sus discrepancias con la dirección regional de Podemos, en manos antes y ahora -tras su reelección- de José García Molina, también vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha.

Llorente defendía con su candidatura una «estrategia política clara frente a los bandazos que ha estado dando el secretario general en funciones», en referencia a su compañero de bancada, que siempre fue partidario de entrar en elEjecutivo de Page, lo que «restaría credibilidad» a la organización, sostiene Llorente.

 

Dos sillas en el Consejo de Gobierno

En julio de 2017, el 78% de los inscritos de Podemos decidieron que era el momento de entrar a formar parte delConsejo de Gobierno y dar así estabilidad a la legislatura. Aquí, nuevamente, las diferencias entre las cabezas visibles del partido fueron notables. Por un lado, el secretario regional, José García Molina, defensor a ultranza de entrar en elgobierno, es más, ahora es vicepresidente segundo; de otro, el portavoz de Podemos en las Cortes, David Llorente, que encabezó el ‘no’ en la consulta interna que se abrió para decidir si se integraban, o no, en el equipo de García-Page. 

Llorente siempre ha defendido la fuerza del parlamento para doblar la mano al presidente regional y lograr aprobar leyes importantes para Podemos como la de Garantías Ciudadanas o la de Participación, aún en el aire. En el Consejo de Gobierno manda García-Page, recuerda Llorente.

 

Una denuncia por «trato sexista» que cayó en saco roto

En abril de 2018 varias trabajadoras de Podemos en las Cortes denuncian al portavoz del grupo parlamentario de «trato sexista». El diputado acusado David Llorente insistía entonces en que tales acusaciones «solo pueden responder a una campaña de desprestigio por mis posiciones políticas». Además consideraba que las declaraciones que se hicieron en los días posteriores por parte de la secretaria de Organización de Podemos, María Díaz, y del secretario regional de Podemos, José García Molina, confirman que «nos encontramos efectivamente ante una campaña de desprestigio y ha quedado claro quiénes han aprovechado para alimentarla». Ni en las Cortes, ni en el juzgado, ni en la Comisión de Garantías Democráticas de Podemos existen denuncias contra Llorente, tal como se averiguó meses después.

 

Las primarias que acabaron con David Llorente

Otra crisis que ha debilitado a Podemos Castilla-La Mancha fue la surgida tras el proceso de primarias para elegir al candidato a la Presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas de mayo. David Llorente solicitó formalmente la recusación de cuatro de los seis miembros del equipo técnico de las primarias, debido a que formaban parte al mismo tiempo de la lista ‘Con Molina Podemos Gobernar CLM’, que lidera el actual secretario general, José García Molina. 

Tras negarle esta petición, Llorente, cansado de luchar contra la dirección regional de Podemos, anunció que deja la política. O lo que es lo mismo, de dejar de luchar por volver a encabezar la lista ‘morada’ por Guadalajara, donde su nombre fue el más votado en las últimas primarias del partido.

 

Un expediente disciplinario por un asunto de tierras

La división existente en el seno de la formación morada castellano-manchega es de sobra conocida, al igual que ocurre en su grupo parlamentario, en el que, a pesar de las discrepancias entre sus dos únicos diputados, hasta ahora se habían mantenido las formas, al menos en lo que a disciplina de voto se refiere. Sin embargo el veto del Gobierno de Page a la tramitación de la proposición de ley de minería de tierras raras y el asentimiento de la Mesa de las Cortes, una de cuyos miembros es la diputada de Podemos María Díaz, fue el desencadenante de un conflicto interno que se había venido conteniendo en los últimos meses y que ha terminado por estallar. Como respuesta, Llorente ha optado por ausentarse de algunas votaciones parlamentarias, algo que no ha gustado al partido que ha terminado por abrirle un expediente disciplinario.