La Consejería de Fomento trabaja en la revisión del Reglamento de los Servicios de Transporte Público de Personas en Vehículos de Turismo, aprobado en 2018, para dar una tregua de tres años a los taxistas, un colectivo muy afectado por la actual crisis económica y sanitaria.
El objetivo de esta modificación, que hoy concluye su fase de consulta pública, es ampliar el plazo que obliga a que los vehículos vinculados a las licencias de taxi tengan menos de diez años de antigüedad. Una medida que, de no revisarse, entraría en vigor el próximo 12 de abril.
Con esta revisión se pretende paliar «los graves efectos económicos que la situación de emergencia de salud pública ocasionada por la Covid-19 ha tenido sobre las empresas de transporte de viajeros en vehículos de turismo», evitando así «sobrecargar con más costes a estas empresas», según se defiende desde la Consejería de Fomento.
Una demanda del sector. Cabe recordar que el sector del taxi lleva meses reclamando a la Junta de Comunidades medidas específicas para el gremio. En concreto, la Federación Regional del Taxi de Castilla-La Mancha hablaba ya el pasado mayo de una prórroga de al menos dos años para renovar sus flotas, así como de ayudas económicas específicas.
Además, esta revisión del reglamento del taxi también incluye la posibilidad de que, «en ocasiones y en días y lugares concretos, el transporte público regular de uso especial no pueda ser prestado». O lo que es lo mismo, que en aquellos casos que no fuera posible prestar el transporte regular del servicio de transporte público urbano e interurbano de personas en vehículos de turismo, «se pueda autorizar que este transporte pueda ser prestado por otros vehículos de menos de diez plazas y que no posean estos títulos».