Una ciudad que regenere los espacios vacíos o degradados y un diseño compacto con construcciones en altura son las apuestas más destacadas del Plan de Ordenación Municipal (POM) , sometido a un proceso de análisis que no derivará ni en la elaboración de un nuevo documento ni en la revisión del actual. Los ejes principales del POM vigente, aprobado en el año 2010, se han visto superados por la realidad impuesta por la crisis y por los nuevos criterios urbanísticos. El documento está cuestionado desde su base por el informe de evaluación que ha elaborado el arquitecto urbanista Gerardo Roger, cuyo contenido ya adelantó La Tribuna. Sin embargo, parece que se impondrá el consejo de Roger para no acudir a la elaboración de un nuevo POMni a la revisión del actual, un proceso que se alargaría durante años, y optar en cambio por modificaciones puntuales que darán un vuelco total a lo previsto hace una década.
El concejal de Planificación Urbana y Accesibilidad, José Antonio Carrillo, dio cuenta ayer en rueda de prensa del contenido del documento, que considera abierto a la participación social. No obstante, tanto el informe de Roger como el propio criterio de Carrillo dejan pocas dudas sobre la dirección en de esos cambios.
Por una parte, en lo que se refiere al suelo urbanizable parece claro que se va a huir del modelo contemplado por el POM. Se considera que hay demasiado suelo urbanizable, con la carga que eso supone para los propietarios, y que la planificación blanda de sectores con viviendas unifamiliares y grandes avenidas se concibieron con unas previsiones de crecimiento demográfico que no se han cumplido y no está de acuerdo ni con la actual tendencia urbanística ni con la realidad. Se considera que el coste de los servicios en un modelo urbanístico extendido y el propio precio de las viviendas no casan con las características de la Talavera actual.
En la ciudad hay ahora mismo cuatro PAU en desarrollo que en buena medida van ya en esta línea. Se corresponden con el entorno de La Colegial, la antigua fábrica ILTA, Injertillos y el río Tajo, y a éstos se suman varias modificaciones puntuales del POMya aprobadas, relativas a los usos del polígono industrial de Torrehierro, usos de locales en planta baja en Las Moreras y la que posibilita la instalación de proyectos de energía renovable en suelo rústico.
A esta planificación ya en marcha se unirá la revisión del Plan Especial de la Villa, que apunta en la línea de eliminar trabas a la promoción inmobiliaria que han echado por tierra iniciativas de desarrollo en la parte histórica. También se irá en esta línea con respecto al suelo rústico, para el que se pretende facilitar actuaciones como las dos plantas fotovoltaicas aprobadas recientemente. Las granjas de vacuno intensivo sería otra de las actividades a las que se abriría paso.
Otro de los puntales que guiaron la actuación del POM que marcaba el desarrollo de la ciudad al norte de la vía del ferrocarril tampoco llegará a cumplirse. El concejal de Urbanismo fue claro ayer al considerar inasumible el coste de las infraestructuras que conllevaría este salto y se mostró partidario de primar el desdoblamiento de la entrada a Talavera por la Nacional V, que considera previo al desarrollo de cualquier otra actuación. «No creemos problemas que la ciudad no tiene, solucionemos los que tiene», remató Carrillo sobre el olvido del que fue en su momento el mayor reclamo del POM. Se ligó al AVEy al soterramiento de las vías que hoy parecen tan lejanos como el salto que se proponía.