Caritas atendió a 11.127 personas en la diócesis en 2020

J. Monroy
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Aunque solo es un 6,53 por ciento más que el ejercicio anterior, destaca la subida de ayudas de primera necesidad, para alimentos y suministros, también en violencia contra la mujer

Caritas atendió a 11.127 personas en la diócesis en 2020

Caritas ha tenido que abordar este año de pandemia con un sobresfuerzo, quizás no tanto cuantitativo, como cualitativo. A lo largo de 2020, ha atendido en toda la archidiócesis de Toledo a 11.127 personas, un 6,53 por ciento más que el anterior ejercicio, con lo que se han beneficiado de su esfuerzo 37.250 (un 12 por ciento más). Pero destaca la atención primaria, de alimentos y suministro, así como en violencia contra la mujer, necesidades que se siguen manteniendo este año. Todo ello, con un 28 por ciento menos de voluntarios a lo largo del pasado ejercicio (1.229), que en su mayoría son personas de edad avanzada. No solo es que no hayan podido salir de su casa, sino que muchos han enfermado y unos 17 han muerto. Todo se ha traducido en un sobresfuerzo de técnicos, los voluntarios que sí han podido, sacerdotes, fuerzas de seguridad y sociedad en su conjunto.

Esta mañana presentaban los datos económicos de Caritas el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, el director de Caritas Diocesana Toledo, Antonio Espíldora, y el administrador, Vicente Yustres. Cerro Chaves detacaba que el pasado fue un año marcado por la pandemia y más complicado para todos, «pero especialmente para los más pobres». Ahora continúa la crisis en diversos aspectos, «que tendrá un impacto duradero, y la pobreza y la exclusión social irán en aumento». De forma que, como anunciaba en su reciente carta pastoral, «los pobres tienen que ser los primeros acogidos, atendidos y cuidados con exquisito cariño».

El arzobispo se acordó de los voluntarios de Caritas y apuntó que el pasado 2020 las Caritas parroquiales y los economatos están siendo la tabla de salvación de muchas personas. Por eso, anima, también en su carta pastoral, a que en las parroquias nunca falten actividades de caridad, «más necesaria que nunca».

Espíldora apuntó que tanto los servicios centrales de Caritas Diocesana, como las 147 Caritas parroquiales, como la interparroquial de Talavera, «han desarrollado una labor ingente durante todo este año». Además, justificó que «Caritas es la Iglesia y, como la Iglesia, existe para llevar la alegría del Evangelio a todas las personas».

Acordándose también de sus voluntarios, explicó el impacto en ellos de la pandemia: más de 60 enfermos y 17 fallecidos. Se acordó de las familias y de aquello que murieron solos. A partir de ahí, en lo económico, la pandemia se ha cebado en los que menos tienen, sobre todo, en los que viven de la economía informal y no han tenido acceso a las prestaciones.

De forma que al ‘Quédate el casa’ de la pandemia, Caritas respondió con ‘La caridad no cierra’, porque hubo muchas necesidades que cubrir, y además adaptarse a las restricciones para el voluntariado, tanto por movilidad, como por su edad. Han dado respuesta a estas necesidades tanto los propios técnicos de Caritas, que se han multiplicado; los voluntarios, como han podido; sacerdotes, en ocasiones, en solitario; la ciudadanía en general, en servicios puntuales; así como los cuerpos de seguridad, que también se han volcado en el reparto de alimentos.

Espíldora también quiso acordarse de algunos grupos especialmente afectados, como los niños en edad escolar sin recursos digitales, a los que Caritas ayudó desde su área de Familia, con Deberes en Casa. De igual forma, se ha tenido que volcar con familias migrantes, muchas de ellas, en situación irregular, que fueron expulsados de sus pisos, y hubo que buscarles soluciones rápidas en sus pisos. Además, se reforzó la entrega de alimentos. Se tuvo que reforzar el programa Rompe tu Silencio, de ayuda en la violencia contra la mujer; y el proyecto Santa Marta, de ayuda a las mujeres en prostitución. Finalmente, se adaptaron los centros residenciales de personas sin hogar, par transformarlos de transeúntes a residentes.

Este año también se pusieron en marcha tres nuevos economatos, «que creemos que en lo que queda de crisis va a ser una herramienta fundamental, y llegaremos a los 17 o 18 economatos  en lo que queda de 2021». Además, Caritas ha abierto una tienda de ropa de segunda manos en Toledo, «que va mejor de lo esperado». Finalmente, se han puesto en marcha alojamientos para mujeres en situación de violencia y personas en necesidad.

Datos de un año de pandemia. Todas estas labores se han llevado a cabo gracias al apoyo económico. El pasado año, Caritas obtuvo 4,17 millones de euros en donaciones (50.000 euros más que el ejercicio anterior), de los que en un 45 por ciento viene de la financiación pública (Junta, Gobierno o ayuntamientos) y un 55 por ciento de financiación privada. De esta forma, apuntó Yustres, continúa la tendencia iniciada en 2017, de que sean las fuentes privadas las que tengan mayor peso en la financiación total. Además, también continúa la profesionalización de ayudas, eficacia y control de gastos.

En 2020, concluía Yustres, Caritas puso en marcha 48 programas. Por áreas de trabajo, Animación del Territorio atendió a 8.264 personas; Personas sin Hogar, 1.072; Infancia, 156: Mujer, 163; Inmigrantes, 587; Vivienda, 151; Empleo, 682; Economía Social 18 y Hogar 2000, 34.

Yustres destacó el programa de Animación al Territorio, con una inversión de 1,05 millones, en el que se cubrieron necesidades básicas de alimentación y suministros. Detrás estuvo el programa de Salud, con Hogar 2000, con una inversión de 824.000 euros.