Liderar es servir

F. J. R.
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Javier Marcos, que hace unos días fue relevado de su puesto como director de la Academia de Infantería, recibió ayer en Toledo el fajín, la espada y el bastón de mando que le acreditan como general de brigada

Liderar es servir

El hasta hace una semana coronel director de la Academia de Infantería de Toledo, Javier Marcos Izquierdo, recibió ayer en los muros de la institución que ha regido durante los últimos tres años el fajín, la espada y el bastón de mando que le acreditan como nuevo general de brigada en un acto  presidido por el General Director de Enseñanza, Instrucción, Adiestramiento y Evaluación, Amador Enseñat y Berea.

A sus 54 años, este toledano formado en la XLIV promoción de la Academia General Militar, diplomado de Estado Mayor, graduado en el United States Army War College, licenciado en Derecho, diplomado en Estudios Internacionales y máster por el Instituto de Estudios Estratégicos de los Estados Unidos, pasa a dirigir ahora las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (Famet), con sede en la madrileña localidad de Colmenar Viejo.

Con más de 11 años de experiencia al mando de unidades, y más 1.400 horas de vuelo en helicóptero, muchas de ellas en zonas de conflicto con Bosnia o Afganistán, Marcos Izquierdo ha dedicado los últimos tres años a la formación, o «forja», de soldados en la Academia de Infantería de Toledo.

Bajo su dirección, la institución militar, profundamente arraigada en la ciudad desde siempre, ha estrechado aún más sus lazos con la sociedad toledana. Una mutua colaboración que él ha liderado y que ha cristalizado en acciones como el padrinazgo de la Marsodeto (Federación Provincial de Entidades Pro Personas con Discapacidad Intelectual y Parálisis Cerebral de Toledo).

En el día más grande de su carrera militar, Javier Marcos centró su alocución en dar las gracias a todos, desde el mando de mayor graduación con el que ha servido al último de los subordinados que ha tenido en todos estos años de cerrara.

Para estos últimos, «levadura de esta religión de hombres honrados» que es el Ejército, dedicó sus mejores palabras: «seguiré necesitando vuestros consejos para el mejor servicio a España. Porque servir es para mí es el único sentido de la profesión militar», sentenció ayer el nuevo general de brigada 33 años después de recoger su primera medalla como alférez. Todo un ejemplo de humildad y vocación. No en vano, él mismo incidió en que no es tanto lo que ya es (general) como lo que desde ayer puede hacer. Mandar es servir. Liderar, también.