Montesión respira

J. Monroy
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Los vecinos pudieron regresar a sus hogares sobre las once y media de la noche, y para su alivio la mayor parte del daño ha sido forestal. La vivienda más perjudicada tiene las persianas quemadas. Otras se han salvado gracias al desbroce

Montesión respira - Foto: Yolanda Redondo

Fueron momentos de tensión cuando la Guardia Civil y Policía Nacional desalojaron a los vecinos de Montesión. Hacía mucho viento, veían las llamas cerca de las viviendas, incluso dentro de algunas de las fincas, y no sabían lo que se iban a encontrar cuando volvieran a sus hogares. De manera que cuando les permitieron volver a entrar, a eso de las once y media de la noche, la mayoría respiró con alivio; aún los que habían sufrido deterioros en sus viviendas vieron que podría haber sido mucho mucho peor. Apenas hay daños materiales en un par de viviendas. Pero el damnificado ha sido, sobre todo, el medio ambiente. Aunque la recomendación era que esa noche los residentes trataran de no dormir en sus hogares, pocos han sido los que la han hecho caso, todo ello a pesar de ir viendo que se reavivaban pequeños focos de fuego a lo largo de la noche. Para más adelante llegará el momento de la reflexión, aunque ya hay voces que avisan de que esto era previsible y de que cada uno de los propietarios (incluido el Ayuntamiento) tiene que cuidar sus parcelas para que no ocurra algo peor.

Fuentes oficiales apuntaban ya el viernes de que el fuego había afectado a entre cinco y seis parcelas. A la larga, lo peor se lo han llevado el monte bajo y los árboles de cada una de ellas. Este diario tan solo ha podido concretar daños materiales en dos viviendas.

La peor parte de ellos ha sido para un inmueble de la calle Perejil, en la que además de quemarse el parte de la finca exterior, incluidas unas escaleras de madera, las llamas han afectado ligeramente al interior, sobre todo, a las persianas. En la mañana de ayer los bomberos de la ciudad, así como el responsable de Seguridad Ciudadana, Juan José Pérez del Pino, estuvieron examinando la parcela.

Allí pudieron escuchar las quejas de vecinos como Enrique del Viso, quien se lamentaba de que el resto de propietarios no le hicieran caso cuando les advirtió de la necesidad de desbrozar las parcelas para evitar incendios. Así lo hizo él y gracias a los cortafuegos evitó que su parcela se viera dañada, más allá de un árbol al que llegaron las llamas desde la parcela vecina. Espera que a partir de ahora todos los propietarios (incluido el Ayuntamiento, que allí tiene un parque) aborden la limpieza.

En la calle de la Jara las llamas también afectaron a varias fincas. Algunas de ellas, que estaban sin edificar, han quedado totalmente calcinadas. Otras, habitadas ya, han tenido mejor suerte y aunque se han visto afectadas en parte de la parcela, las llamas no han llegado a entrar en la vivienda. Quizás la clave ha estado, apuntaba uno de los afectados, en que tenían correctamente desbrozados sus terrenos, lo que ha quitado combustible al incendio. De una encina, las llamas salaron a su terraza, que sí se ha quemado, incluso el suelo se ha levantado por el calor. Pero al estar cerrada la vivienda, no han podido penetrar al interior (y eso que han hecho saltar una capa de la doble ventana). Posiblemente en el caso de la vivienda vecina, más afectada en su terreno, también el que haya estado herméticamente cerrada ha evitado la desgracia.

Guadamur. El cambio de viento  por la noche y la alta velocidad a la que se extendían las llamas (hasta tres kilómetros por hora) han llevado el miedo al cuerpo de los vecinos de localidades vecinas a Toledo, como Guadamur y Albarreal.

En la primera de las localidades, el fuego afectó a parte de algunas fincas, sobre todo, viñedo y monte bajo. Las labores de extinción y enfriamiento de la zona, que continuaron el sábado por la mañana, evitaron que el fuego se acercara más a la localidad. La alcaldesa de la localidad, Sagrario Gutiérrez, apuntaba que el temor que había en el pueblo era que pudiera cambiar el aire, el fuego subiera del monte a los olivare