El Covid se lleva 30 años de hostelería en el Casco

F. J. R.
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El Restaurante y Hostal Palacios, inaugurado en 1990 y referente del 'menú del día' en el Casco, cerró el pasado viernes sus puertas al no poder hacer frente al alquiler del inmueble

El Covid se lleva 30 años de hostelería en el Casco - Foto: Yolanda Lancha

Era uno de los referentes del ‘menú del día’ en el Casco Histórico de Toledo. Uno de los mejores lugares para saborear comida casera a un buen precio. Y todo sin tener que renunciar a probar algunas de las especialidades más castizas de la ciudad, como las carcamusas o un buen venado en salsa. Muy pocos en Toledo pueden decir que nunca comieron allí, puesto que llevaban 30 años trabajando el negocio de la hostelería. El Restaurante Palacios, situado en la calle Alfonso X el Sabio, llevaba desde el año 1990 trabajando sin descanso hasta que el pasado viernes 13 de noviembre, fecha siempre funesta, se vio obligado a cerrar para siempre sus puertas junto al hostal del mismo nombre que ocupaba la parte de arriba del edificio.

Por las mesas del Palacios han pasado desde generaciones de estudiantes de la cercana universidad a todo tipo de trabajadores del Casco, sin olvidar las multitudinarias excursiones de turistas asiáticos que lo abarrotaban a diario. Pero la pandemia les abrió hace ya ocho meses una herida de muerte que ha terminado obligando a su propietario, Jesús García, a echar el cierre.

Las crisis del Covid se ha cobrado una buena víctima, con tres décadas de trabajo a sus espaldas y buen número de empleos. No es que sea el primer negocio en cerrar en Toledo como consecuencia del coronavirus, pero sin duda es hasta la fecha uno de los más antiguos y consolidados.

Jesús García, de verde, junto a sus dos hijos y su socio Manolo.Jesús García, de verde, junto a sus dos hijos y su socio Manolo. - Foto: LTEl problema de Palacios, tanto del restaurante como del hostal, ha venido derivado del alquiler del edificio. El elevado precio del inmueble, sumado a la drástica reducción de ingresos, ha llevado a Jesús García a echar el cierre definitivo de su negocio más emblemático. Y eso a pesar de que tanto propietario como inquilino han buscado todas las fórmulas para poder tratar de llegar a un acuerdo. Pero las cifras no cuadraban.

Hace ya 30 años, este empresario trabajaba como camarero en el también mítico ‘Tres Torres’ de Zocodover cuando se enteró que el local del Palacios se alquilaba. No se lo pensó dos veces y, con la ayuda de su amigo Manolo, emprendieron una aventura que les llevó a trabajar durante años en jornadas ininterrumpidas de siete de la mañana a doce de la noche hasta consolidarse dentro de la oferta gastronómica de la ciudad. «Era un local muy caro ya por entonces, y la gente la verdad es que no daba un duro porque duráramos mucho. Pero ahí Manolo y yo, mano a mano, junto a una mujer en la cocina y un muchacho que nos ayudaba, fuimos sacando esto adelante», explica Jesús García bastante emocionado sus orígenes empresariales, que le han llevado a tener actualmente 34 trabajadores en plantilla.

Ahora, esos empleados están en su mayoría en ERTE, puesto que a pesar del cierre del hostal y el restaurante, Jesús y su familia continúa regentado la cercana cafetería Palacios y el restaurante Cuevas Palacios, situado en Tendillas. Jesús se ha negado a despedir a nadie a pesar de la grave situación económica, utilizando la figura de los expedientes de regulación temporal de empleo pero sabedor de que sus cotizaciones a la seguridad social deberán ser abonadas. «Nos han parado y ellos siguen cobrando sus impuestos», se queja amargamente este empresario, que ahora ha vuelto a sufrir un nuevo cierre de sus locales (no cuentan con terraza y el Nivel 3 de restricciones está prohibido el servicio interior) y ve poca intención política de ayudar. «Sí, nos dieron préstamos ICO, pero ahora hay que pagarlos en breve; y todo ello sin poder trabajar», explica este hostelero que tiene una palabra para definir todo lo que está pasando el sector: incertidumbre.

«El problema es que no sabemos lo que va a durar esto. El futuro de la hostelería lo veo muy mal, salvo para aquellos que el local sea suyo. Los alquileres son caros y sin gente para consumir lo vamos a pasar mal», afirma Jesús García, que reconoce que «acabar de un plumazo con 30 años de mi vida me ha afectado bastante. Más que me ha dolido a mí cerrar Palacios no le ha dolido a nadie».

Con todo, Jesús no pierde su espíritu de empresario, y solo espera que le dejen trabajar para poder mantener a toda su plantilla. Sabe que esta crisis económica es una rueda, y que aunque ahora sectores como la hostelería y el turismo lo están pasando mal, «todo es una rueda que tarde o temprano afectará a todos». De momento, ya se ha llevado por delante uno de los locales más castizos del Casco.