Cerro Chaves agradece a quienes han ayudado en pandemia

Redacción
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El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, ha hecho una llamada "para fortalecer los vínculos familiares y los de nuestras comunidades, para evitar una dispersión individualista e insolidaria". "Pongamos todos los medios", ha apelado.

El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, en su mensaje de Navidad. - Foto: ARZOBISPADO

El arzobispo de Toledo y primado de España, Francisco Cerro, agradece a cuantos han acompañado este 2021 a "los que sufren en su cuerpo o en su espíritu", en un año "que no ha sido fácil" por la pandemia, "que no cesa y sigue trastocando nuestros planes", o desastres naturales "muy cerca de nosotros" como el volcán de La Palma, el temporal de nieve o las inundaciones, que han dejado "desolación y numerosas pérdidas".

"A todos estos miedos, se añade la incertidumbre de numerosas familias que afrontan el presente y contemplan su futuro con temor y desconfianza", resalta el arzobispo en su mensaje de Navidad, en el que preconiza que "no hay mejor remedio para todas las dolencias que celebrar y contemplar -en familia- que Cristo se ha hecho hombre, porque quiere cambiarlo todo y cambiarlo a mejor, porque quiere cambiar nuestro corazón".

Añade monseñor Cerro que a esa contemplación del nacimiento de Jesús, "nos ayudan los belenes que decoran nuestras casas y nuestras calles (...), que suscitan alegría y asombro y también, en algunos, cierto rechazo", y que nos "ayudan a tocar la pobreza del Hijo de Dios", en una llamada "a seguirle en el camino de la humildad (...) y servirlo en los hermanos más pobres, como nos dice el Evangelio".

En este punto recalca que "no ha sido un año fácil éste que nos han tocado vivir: la pandemia, que no cesa, sigue trastocando nuestros planes… Hemos vivido, con perplejidad y con impotencia, no pocos desastres naturales muy cerca de nosotros -como el volcán de la Palma, el temporal de nieve o las inundaciones- que han dejado desolación y numerosas pérdidas".

Por ello, da las gracias "a todos cuantos habéis acompañado y acompañáis a los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, porque seguís anunciando y testimoniando el rostro misericordioso de Dios". E invita a hacer "cuanto podamos por acudir en ayuda los que se encuentran más heridos en el camino de la vida" y a poner "todos los medios a nuestro alcance para fortalecer los vínculos familiares y los de nuestras comunidades, para evitar una dispersión individualista e insolidaria".